Tropicália

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

La vanguardia es así

El término tropicalia traza varias líneas interpretativas, por un lado responde al movimiento contracultural que en los últimos años de la década del sesenta penetró en distintas ramas del arte en Brasil, entre ellas el cine con Glauber Rocha a la cabeza y la música, con artistas jóvenes como Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa, Arnaldo Baptista, Rita Lee y Tom Zé. También es el título de uno de los álbumes rectores de este movimiento (editado en 1968, un año después de Sargeant Pepper de The Beatles) y la respuesta contra la palabra tropicalismo, pues -como decían sus creadores- todo ismo implica separación y la idea central de la corriente Tropicalia precisamente era la mixtura de la música popular brasilera con influencias extranjeras.

Pero Tropicalia es el título de un documental del realizador Marcelo Machado, que pudo verse al aire libre en el Bafici hace unos años y que ahora afortunadamente se estrena en el circuito comercial. A Marcelo Machado (ver entrevista) lo sedujo la idea de reflejar la efervescencia política y cultural de aquellos años difíciles de Brasil, en los que la dictadura marcó el rumbo y el exilio obligado de muchos artistas, como los ya mencionados Veloso y Gil a Londres, Portugal y París.

Precisamente son ellos a quienes convoca Machado en el presente de su obra para mostrarles en una pantalla gigante fragmentos de archivo propios del tropicalismo, en los que los artistas se identifican, luego de alguna que otra emoción contenida, en los rostros de miles de jóvenes que manifiestan por las calles. Además, dice presente el recuerdo con aires de melancolía y sabor a tiempo perdido en algunas melodías de sus canciones más representativas, como Alegría, alegría y Domingo no parque, ambas finalistas del Tercer Festival de MPB da TV Record.

Con ese recurso de confrontarlos, Marcelo Machado consigue que aquello que representaba una anécdota del pasado, para ellos cobre un significado mayúsculo, gracias al valioso aporte de testimonios, un nutrido e inédito material de archivo, que se despliega en pantalla bajo una estética de collage –fiel al tropicalismo- para mezclar texturas, colores y una banda sonora inmejorable.

El auge del tropicalismo se extendió por tres años y su alta dosis de transgresión, a partir de la deconstrucción de valores tradicionales de la cultura popular brasileña, le generó enemigos puertas adentro, la mayoría universitarios que esgrimían discursos en pos de un nacionalismo y tradicionalismo a contracorriente de aperturas hacia otras geografías como Norteamérica, aspecto que desde los medios de comunicación masiva también se procuraba mantener vigente. En ese sentido, uno de los mejores segmentos de este multifacético y fascinante documental lo constituye el enfrentamiento entre Caetano Veloso ante una audiencia de estudiantes hostil, a la que el artista terminó saludando con una frase sentenciadora: Ustedes no entiende nada. Podría haberse parafraseado en aquella convulsionada velada a Charly García para rubricar con la frase la vanguardia es así. Incomprendida, transgresora, mutante y como suele ocurrir adelantada a su contexto sociopolítico.

En materia cinematográfica, Tropicalia no viene a revolucionar el cine documental ni mucho menos, pues se pueden encontrar recursos clásicos en su estructura narrativa, pero también otros no tan convencionales que terminan constituyendo una pieza única que vale la pena descubrir y por supuesto abrir el debate cultural bajo la perspectiva histórica de Latinoamérica, en tiempos donde la globalización del arte ha quitado rasgos de identidad a los países, aunque haya aportado nuevos discursos y formas de entender el mundo.