Trolls 2: World Tour

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

Seguimos en cuarentena pero varias películas grandes están estrenándose por streaming antes de tiempo. Es por ello que la secuela de «Trolls» (2016) que iba llegar entre abril y mayo a los cines argentinos ahora está disponible en internet.

«Trolls» se suma a varios intentos desesperados de los grandes estudios de volcar productos exitosos del mundo del juguete a la pantalla grande. Si somos sinceros, parecía una pésima idea desde el inicio y cuando llegaron a la pantalla grande cuatro años atrás de la mano de DreamWorks Animation («Shrek», «Kung Fu Panda») nos demostraron lo contrario. brindando un entretenimiento correcto, súper colorido y estridente que se sostenía por un gran trabajo de animación, canciones pegajosas y una simpática e inspirada interpretación vocal de sus protagonistas Anna Kendrick («Pitch Perfect») y Justin Timberlake («Friends With Benefits»).

Esta secuela tampoco se veía como algo necesario pero igualmente el estudio quería seguir estirando el moderado éxito de la primera y tenemos que decir que el resultado es más que digno e incluso quizás un poco por encima de las expectativas (y de la primera entrega).

Luego de la aventura que emprendió la reina Poppy (Kendrick) junto a Branch (Timberlake), una nueva travesía se cierne sobre la pequeña tribu de trolls que los llevará hasta límites desconocidos. Al parecer el clan de estas criaturas de pelos largos, es una de las seis que existen sobre el mundo. Las seis están repartidas en distintos reinos y consagradas a seis tipos distintos de música: funk, country, tecno, clásica, pop y rock. La reina Bárbara (Rachel Bloom), miembro de la realeza del hard rock, y su padre, el Rey Metal (Ozzy Osborne), quieren acabar con el resto de los géneros musicales e imponer el reinado del rock. Con el destino del mundo en juego, Poppy y Branch, junto con el resto de la tribu, visitarán los demás reinos para unir a los Trolls y evitar que los malignos planes de Barb sean llevados a cabo.

«Trolls World Tour» nos ofrece mucho más que la primera entrega. Por un lado, tenemos un guion mucho más original y ajustado a los tiempos que corren, que además le explican de manera muy didáctica, estridente y colorida a los niños las disputas que siempre hubo/hay/habrá con los fans y puristas adeptos a determinados géneros musicales, su vínculo con el resto de los géneros y otros defensores del «bando contrario». No es que esta secuela haya reinventado la rueda y por momentos puede verse como una aventura de fórmula pero el viaje es realmente divertido y disfrutable. Asimismo, la química entre Timberlake y Kendrick está mucho más afianzada y demuestran su talento para interpretar a estos entrañables personajes y para personificar atractivos números musicales.

Con respecto a los aspectos técnicos, la animación es impecable e invitará a los más pequeños a disfrutar de una aventura interesante y visualmente deslumbrante. La paleta de colores puede resultar abrumadora pero es totalmente magnética y llamativa.

Si a todo esto le sumamos varios cameos del ámbito musical como Kelly Clarkson, J Balvin, Ozzy Osborne, Gustavo Dudamel, Mary J Blidge, Chance The Rapper, entre varios más; y un grupo de actores secundarios super estelar que completan James Corden, Sam Rockwell, Rachel Bloom, Jamie Dornan y Kunal Nayyar, tenemos un cóctel infalible para deleitarse en familia.

«Trolls World Tour» es una secuela atractiva que le encontró una vuelta de tuerca narrativa al asunto y que demostró ser más original que la primera entrega. Un film entretenido que sin ser una joya del séptimo arte nos logra dar más de lo que aparenta en primer lugar.