Tres

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Ménage à trois

Hanna es entrevistadora y lo conoce en un congreso de biogenética. Simon construye obras de arte y adora a Gilbert & George. En su ausencia, Hanna vuelve a encontrarlo durante una performance de Robert Wilson. Al regresar a casa, demorada, Simon le pregunta si fue a ver El anillo de los Nibelungos. Y cuando el filme de Tom Tykwer (Corre Lola corre) bordea un manifiesto de esnobismo, resulta que todo (incluso la elección de “Space Oddity”, de Bowie, como tema central) adquiere sentido. Adam, el otro, no sólo altera la vida de Hanna, sino también la de Simon, cuya libido queda bajo cero luego de una intervención quirúrgica. Adam se infiltra en el seno de la pareja como un extra a tiempo completo; aparece en picados de fútbol, en una piscina, en el museo Martin-Gropius, y lo que se insinúa como thriller psicológico deriva en una comedia provocadora, mezcla de Cronenberg con Almodóvar. En este ménage à trois, no hay un hombre o una mujer amando a dos del sexo opuesto, sino una pareja constituida que se abre a otro. Ese inusual toque fue quizá lo que convenció a los Wachowski para incluir a Tykwer en la dirección de Cloud Atlas, y lo que motiva el estreno local de Tres, originalmente estrenada en 2010.