Tres hermanos, tres destinos

Crítica de Luciano Monteagudo - Página 12

Un pasado colonial que sigue haciéndose notar

Carros de asalto en La Croisette, la gendarmería en todas las esquinas, controles y cacheos tan estrictos para entrar a las salas como si se tratara de un aeropuerto en alerta roja. Todo ese despliegue de seguridad fue el efecto Hors-la-loi, la coproducción franco-argelina que tuvo en pie de guerra a la ultraderecha francesa, cuando el año pasado amenazó con boicotear al Festival de Cannes por poner en competencia una película a la que consideraba “una falsificación de la historia”. Lionnel Luca, diputado del partido gobernante UMP, del presidente Nicolas Sarkozy, fue el primero en levantar la voz contra la película. Luego le siguió una fantasmal comisión autodenominada “Por la verdad histórica - Cannes 2010”, que pidió emprender acciones durante el festival. “Sabía que el pasado colonial había permanecido tenso. ¡Pero de ahí a suscitar una reacción semejante!”, declaró el director Rachid Bouchareb, que ya cuatro años antes, con Indigènes, había celebrado la causa nacional argelina.

Fuera de la ley –el título original del film– narra la epopeya de tres hermanos argelinos durante los años de gestación del Frente de Liberación Nacional y toma como marco dos fechas tabú para la historia francesa. El 8 de mayo de 1945 (el mismo día que en París se celebraba el fin de la Segunda Guerra Mundial) en Sérif, Argelia, milicias coloniales francesas ahogaron en sangre una manifestación por la independencia del país. Y el 17 de octubre de 1961, la policía parisiense de Maurice Papon (condenado en 1998 por crímenes contra la humanidad perpetrados durante el gobierno de Vichy) reprimió una manifestación de inmigrantes argelinos en pleno centro de París, dejando como saldo ocho muertos.

Entre una y otra fecha, Bouchareb hace cruzar caprichosamente los destinos de esos tres hermanos, en una película tan bien intencionada en lo político como elemental y anacrónica en lo cinematográfico. Esquemática en sus personajes y discursiva en su relato, Tres hermanos, tres destinos recuerda a cierto cine argentino de la post dictadura, a mediados de los años ’80, cuando parecía que todo debía declamarse en voz bien alta y clara, para que no quedaran dudas de quién eran los buenos y quién los malos... que por lo visto siguen bastante activos, por cierto.