Tres hermanos, tres destinos

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Un gran film político vestido de policial

Esta si es una rareza que merece verse: un film político-revolucionario vestido de film noir al mejor estilo francés. Un largo prólogo argelino se ocupa de describir las injusticias sufridas por los protagonistas. Luego, para ser justo, el argumento también se ocupa de describir las contradicciones de los mismos personajes.

En todo caso, hacia mediados de la década del 50, los tres hermanos del título local (el original es «Fuera de la ley») se encuentran en un suburbio parisiense reservado para argelinos de clase baja. De los tres hermanos, uno acaba de volver del ejército luego de la derrota en Indochina, otro recien salió de prisión por sus ideas anticolonialistas-revolucionarias, y el tercero, totalmente apolítico, tiene negocios prostibularios y sueña con promover a un campeón argelino de boxeo (elemento que sirve especialmente bien para mezclar la lucha armada revolucionaria con la estética y temática del film noir).

Una vez que el hermano revolucionario domina la situación y a casi todos los otros personajes, la película se convierte en un furioso ejercicio de estilo que intenta que la acción propia del policial pueda aplicarse a un contexto político. Más allá de las influencias evidentes, que van desde «El Padrino», «El ejército de las sombras» de Jean Pierre Melville o «Malcolm X» de Spike Lee, lo interesante es la idea de apelar a la estética y narrativa de un género clásico para narrar otro tipo de relato, con base firme en el «polar» francés, a pesar de que los personajes hablan mayormente en árabe.

Hay actuaciones excelentes, una muy atractiva ambientación de época y, por sobre todo, elaboradísimas escenas ultraviolentas que resultan especialmente feroces por tener algo que decir.