Tres hermanos, tres destinos

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Rachid Bouchareb, realizador argelino-francés que ya había sido nominado al Oscar por el notable film bélico Días de gloria, alcanzó por este épico, doloroso y evocador film una nueva postulación de la Academia. Tres hermanos, tres destinos es un desprendimiento de aquella otra película, y con su título en español algo forzado (el original Hors-la-loi puede significar tanto Desterrados como Al margen de la ley), refleja de todos modos a través del mismo un aspecto fundamental de una obra abarcativa y ambiciosa que alcanza todos sus objetivos. Porque esos tres hermanos argelinos que atraviesan por distintas experiencias de vida tienen como ferviente meta en común combatir el yugo colonialista galo y lograr la liberación de su país. Y a través de ellos se recorrerán episodios que abarcan desde 1925 hasta 1962, con los que el director de London River logra amalgamar una estupenda narración cargada de injusticias, movimientos revolucionarios y poderosos sentimientos encontrados. Con una impecable ambientación de cada época y un elenco realmente extraordinario, este thriller político conmueve al abordar hechos históricos poco o mal contados, la hermandad a toda prueba, las raíces, el despojo, la represión salvaje, la venganza, la guerra, la guerrilla, la violencia indiscriminada, la muerte y la redención. Peliculón y punto.