Nuevas locaciones
Marcos Martínez (Estrellas, Sordo), aborda en Tras la Pantalla, la historia del distribuidor de cine Pascual Condito, personaje que lleva décadas en el negocio cinematográfico, pero no sólo se muestra eso, sino que además, el relato se enfoca en la situación y la problemática alrededor de la distribución de cine arte extranjero y cine nacional de tinte más independiente.
El documental lejos de centrarse en la vida personal o el inicio profesional de Condito, prefiere apuntar a algo concreto que a la vez permite diferentes lecturas simbólicas: la mudanza de Primer Plano -la distribuidora que Condito maneja- desde Lavalle y Riobamba -mítica por ser una zona característica plagada de compañías y empresas dedicadas al rubro del cine- a una oficina más pequeña en otro barrio.
Así, Tras la pantalla recorre distintos años (hasta el 2008) en la vida de Primer Plano, y lo hace a través de conversaciones y diálogos con Condito, o bien que éste personaje mantuvo con distintos referentes del séptimo arte. Críticos de cine como Diego Trerotola, Javier Porta Fouz, Hernán Guerschuny, variados realizadores pasando desde Marcelo Piñeiro, hasta Juan Villegas y Lisandro Alonso, e incluso el coleccionista Fernando Martín Peña, son algunas de las figuras que comparten pantalla con el distribuidor. Así, los casi 65 minutos del film transcurren entre entrevistas, conversaciones con familiares de Pascual, y el poder mostrar el paulatino vaciamiento de la oficina, con todo lo que eso implica, al deber -al igual que tantas otras distribuidoras y empresas- abandonar el barrio, sin perder la pasión por la cinefilia en general, y el cine argentino en particular.
Se trata de una pequeña gran película, sin demasiadas pretensiones ni una excelente calidad técnica, pero con una franqueza y espontaneidad que provocan emoción, risa -sobre todo al momento de hablar de los más de 60 cameos de Condito en films de producción local- y diversión en el espectador ante cada aparición del distribuidor en pantalla.