Tras la pantalla

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

La pasión de un prócer del cine argentino

Distribuidor, productor y actor, Pascual Condito hizo del cine una forma de pasión sin fronteras que aún ejerce hoy con enorme amor y entusiasmo. Su ardor por el séptimo arte y su habilidad para los negocios le permitieron sobrevivir a las diferentes crisis económicas que tuvo el país, pero en estos últimos años -sostiene en este documental- las cosas están cambiando profundamente y teme que tanto él como otros distribuidores de films nacionales puedan desaparecer para siempre. Ésta es una realidad que en este film comparte y discute con muchas personas vinculadas al cine argentino que transitan por su emblemática oficina. Cansado del difícil momento por el que está atravesando su distribuidora madura, no obstante, cruciales decisiones que le permitirán proseguir en su mundo, según dice, hasta los últimos días de su vida.

A veces con cierto mal humor, otros con pícara sonrisa, Condito sabe que la cinematografía, un entusiasmo que nació en su adolescencia, es para él no sólo su medio de subsistencia, sino, fundamentalmente, una necesidad suya, la de llevar a la pantalla las obras cinematográficas que muchos de sus colegas descartan. El documental registra el momento en que dejó su antiguo edificio de la calle Riobamba para trasladarse a otro edificio más moderno, aunque sin el aroma a celuloide de su antiguo reducto.

El director Marcos Martínez supo llevar de la mano a ese Condito que transita con nostalgia por ese edificio que ya, entre ruinas, quedó atrás, y recala en sus hijos, que sienten la misma pasión que su padre por el cine.

Este hombre, que ya es un emblema del séptimo arte, un protagonista sobresaliente de la industria, resulta el mejor anfitrión para recorrer este universo.