Transformers 3: El lado oscuro de la luna

Crítica de Damián Serviddio - Suplemento Espectáculos

Esta tercera entrega de la saga iniciada en 2007 por el trinomio compuesto por la juguetería Hasbro, el pochoclero director Michael Bay y el productor ejecutivo Steven Spielberg, parece alcanzar el límite de lo tolerable. Extensísima por donde se la mire (son eternos 154 minutos) y con menos coherencia que sus predecesoras, lo que ya es decir bastante, sólo el prólogo parece tener algún valor narrativo. El resto es pura fórmula marketinera. Frases aleccionadoras pretendidamente solemnes, alguna que otra sutil alegoría a la política bélica norteamericana y un desenlace que se hace rogar por más de cuarenta minutos. Transformers 3 es mucho, mucho (demasiado) ruido y poco cine.