Toy Story 4

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Los juguetes también son personas

“El significado de la vida no es algo descubierto, es algo moldeado” (Antoine de Saint-Exupéry).

Toy Story 4 llegó en el momento justo para hacernos notar que cuartas partes pueden ser buenas (sí, hay muchas sagas con películas que valen la pena hasta la segunda y que ya una tercera y cuarta resultan insostenibles). Y Disney Pixar nos muestra que podemos seguir creyendo en el cine, y que aun podemos encontrar películas hechas con el corazón. Logra moldear a sus personajes principales para ingresarnos a un juego donde lidiamos con los grandes propósitos y cuestiones de la vida humana.

Toy Story 4 es la combinación perfecta de comedia y tragedia. Deslumbra visualmente y mantiene su equilibrio a lo largo de sus 100 minutos (prácticamente misma duración que la tercera parte), y en ningún momento parece que le sobren escenas. No parece una secuela. La acción, la emoción, las despedidas parecen aparecer por primera vez en el universo de estos juguetes.

Quienes vieron la última película (¿existe alguien que aún no lo hizo?) recordarán que creíamos que tenía el final perfecto: Woody (voz de Tom Hanks), Buzz (voz de Tim Allen) y el resto del equipo fueron donados por Andy, su dueño original, a una niña llamada Bonnie. Bueno, a partir de allí comienza Toy Story 4. Luego de un breve flashback que da lugar a los títulos, nos encontramos en el primer día de adaptación en el jardín de infancia de Bonnie. Woody se esconde en su mochila buscando acompañarla moralmente en ese gran desafío. Con alguna ayuda del sheriff, Bonnie pone manos a la obra en su tarea de manualidades, y es así que instintivamente construye a Forky (voz de Tony Hale), un introvertido y ansioso personaje de ojos saltones hecho de basura. Bonnie inmediatamente se siente acompañada por él y es así que lo lleva a su casa.

La acción luego se remonta a un viaje de Bonnie y su familia por la carretera en una casa rodante. Y es allí donde Toy Story 4 pega el salto a la aventura. Forky intenta escapar reiteradas veces (no comprende por qué es un muñeco y el afecto de Bonnie hacia él), mientras que Woody intenta persuadirlo y ayudarlo a entender. No es un spoiler que Woody, gracias a una determinada circunstancia, se encuentra con su vieja amiga Bo Peep (voz de Annie Potts). Lo interesante será ver de qué forma él y Forky se embarcan en el peligroso intento de encontrar a la muñeca de porcelana: entre las antigüedades de la tienda se encontrarán con Gabby Gabby (voz de Christina Hendricks), una muñeca “parlante” del estilo Chatty Cathy; y a sus secuaces: un grupo de inquietantes muñecos ventrílocuos conocidos como The Bensons con cuellos flexibles que sonríen maliciosamente. La muñeca de ojos enormes vive en un gran gabinete de China que mira sobre el resto de la tienda, pero cuando baje para dar su paseo nocturno en un coche de bebé, se llevará a cabo el primer encuentro con Woody.

Hay que decir que la historia en Toy Story 4 no es el punto fuerte, sino que por el contrario se basa en una fórmula probada hace tiempo, no solo por Disney Pixar, sino por muchas otras casas productoras. Pero es la forma en la cual su director Josh Cooley, principalmente junto a los guionistas John Lasseter y Andrew Stanton, logra llevar a la pantalla algo de frescura ante tanta reiteración. Y no solo Forky es divertido y significativo, sino que otros nuevos personajes aportan su parte. Hablo de Bunny (voz de Jordan Peele) y Ducky (voz de Keegan-Michael Key), una dupla valiosa que llevará a Buzz al límite del delirio; y una tercera incorporación: Duke Caboom, la figura de acción que conduce una motocicleta, con la voz de Keanu Reeves.

Podemos mencionar que además de su música, lo más deleitable de ver en Toy Story 4 es la riqueza de sus escenarios: probablemente estemos, junto a Caco, en presencia de la película de Disney Pixar más rica visualmente. La tienda de antigüedades mantiene un detalle elegante de juguetes y objetos de diferentes épocas, que van desde colores marrones a los brillos de la porcelana, pasando por el neón. Un excelente trabajo de la luminosidad trazando todo el largometraje.

Toy Story 4 es la película más adulta de la saga. La relación de Woody con Andy y actualmente con Bonnie, nos remarcan valores como la lealtad; además el sacrificio personal que debemos llevar adelante por nuestros sueños, representado por los “juguetes perdidos”. Es una oda al trabajo en equipo, el ingenio y la creatividad como escapatoria de los problemas. Toy Story 4 llega justo a tiempo para redimir nuestra fe en la humanidad.