Tóxico

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

Se estrena comercialmente en Cine.Ar TV (jueves 23 y sábado 25 de abril a las 20) y en la plataforma Cine.Ar

Una pandemia declarada a nivel global, gente con barbijo en supermercados desesperada por abastecerse, paranoia por el contagio, televisores con noticias de alarma, saqueos y represión, refuerzo de controles, teorías conspirativas, desconfianza, caos, negación o sobreactuación, el sálvese quien pueda y la sensación de fin de los tiempos. Todo esto que ya aparece desde las primeras escenas de Tóxico, segundo largometraje de Ariel Martínez Herrera, no forma parte de un documental o una ficcionalización de la situación actual, aunque se le parezca mucho.

Por el contrario el proyecto, según palabras del realizador, data de 2008 y, con el correr de las reescrituras de guión, la catástrofe que le sirve de contexto fue inspirada en realidad por la Gripe A de 2009/2010, aquella pandemia que hoy parece vieja y humilde, apenas la precuela a menor escala de la presente, pero que lanzó al estrellato al alcohol en gel y el aislamiento social que hoy son protagonistas. Se trata entonces de una comedia negra en clave de road movie y con una premisa de… ¿ciencia ficción? Quizás aquí es donde encajaría mejor su término gemelo: ficción de anticipación. Si se hubiera estrenado hace un año, entraba de lleno en el terreno del cine fantástico. Hoy podría competir en la categoría de costumbrismo.

La pareja protagónica está compuesta por Augusto (Agustín Rittano), un farmacéutico a quien una turba le acaba de saquear la farmacia, y su esposa Laura (Jazmín Stuart). Ambos tienen posiciones muy diferentes con respecto a lo que pasa y cómo tomárselo. Augusto es partidario de extremar las medidas, acudir en todo momento al barbijo, los guantes, el alcohol en gel y el distanciamiento, así como abandonar la ciudad huyendo del caos y del contacto social. Laura por el contrario se niega a cualquier medida a la que considera exagerada e inútil, pretende vivir como hasta ahora, como si nada pasara, y no quiere irse al campo a menos que pueda prepararse mentalmente para tomárselo como unas vacaciones. Finalmente triunfa la posición de Agustín a la cual Laura cede por cansancio y la pareja se embarca en un viaje en motorhome cuyo destino es una lejana casa de campo donde refugiarse y pasar la cuarentena aislados y alertas. En el camino se van a encontrar con diversos personajes y situaciones extrañas, y también con los conflictos y algunas revelaciones que irán surgiendo entre ellos.

Todas estas coincidencias entre la propuesta argumental y la situación actual del mundo, si bien sorprendentes, no serían más que anecdóticas si el film no se sostuviera por sí mismo. Pero el caso es que Tóxico resulta además una comedia efectiva y entretenida con un humor a veces absurdo, a veces seco, a veces negro. La estructura es episódica, como suele ocurrir en las road movies, y así en su periplo la pareja protagónica va encontrando con lugares y personajes que están lidiando a su particular manera con la circunstancia, algunos amables y amistosos, otros no tanto. Ahí es donde se juegan momentos más típicos del género postapocalíptico como el desafortunado encuentro en la ruta con una patrulla policial. Una escena potente, cargada de incomodidad y tensión, que a la vez conserva el sustrato de comedia negra. De hecho, es palpable la influencia de clásicos del cine fantástico de los 70, a la vez con su cuota satírica, como The Crazies (1973) de George Romero, cuyos agentes en traje blanco y máscara anti-infección aparecen citados directamente.

Otro fuerte del film son los diálogos filosos cargados de sarcasmo, como también personajes interesantes y hasta queribles, aunque generalmente no muestran su mejor faceta, y las efectivas interpretaciones de Rittano y Stuart y algunos secundarios como Marcelo D’Andrea que compone un policía a la vez patético y siniestro. Podría hacer un buen doble programa con Fase 7 (2010) de Nicolás Goldbart (también en Cine.Ar), otra interesante película más o menos reciente sobre pandemias con su cuota también de anticipación, con la cual Tóxico podría ser algo así como la versión en movimiento, y con la que comparte propuesta temática, un cierto tono y hasta actriz protagónica (Jazmín Stuart).

Uno de los síntomas principales de la pandemia aquí es el insomnio, lo cual contribuye a la manera en que la atmósfera se va encareciendo y juega también como metáfora de la vida moderna. Una vida en crisis que sin embargo se resiste a morir, aún cuando el mundo (por lo menos en la película) se termina, de manera dramática aunque nada épica. Según Augusto, de manera “más digna” que en una guerra nuclear. Citando a T. S. Elliot: “no con un estallido, sino con un lamento”. O, en este caso, con un ataque de tos.

TÓXICO
Tóxico. Argentina. 2020
Dirección: Ariel Martínez Herrera. Intérpretes: Jazmín Stuart, Agustín Rittano, Alejandro Jovic, Martín Garabal, Lucila Mangone, Marcelo D’Andrea, Jorge Roberto Prado, Marcelo Mininno. Guión: Ariel Martínez Herrera, Luz orlando Brennan, Lautaro Nuñez de Arco, Santiago la Rosa, Santiago Podestá. Fotografía: Eric Elizondo. Música: Lucas Fridman. Montaje: Emiliano Serra. Dirección de Arte: Augusto Latorraca. Producción: Ariel Martínez Herrera, Fabio Junco. Producción Ejecutiva. Mario Podestá, Mario “Tito” Vitali. Jefa de Producción: Paula Alejandra Sinjovich. Duración: 80 minutos.