Torrente 5: Operación Eurovegas

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Sostiene Segura

Santiago Segura continúa la tradición esperpéntica española añadiendo un capítulo más a la saga de Torrente, el personaje inventado, producido e interpretado por él mismo, y que pretende ser un crudo autorretrato del ser español, vapuleado por los vientos de la historia.

El personaje nació a finales del siglo XX y expresa el desencanto de una generación, que se siente estafada y maltratada por un mundo y unos dirigentes que parecen llevarse puesta la nacionalidad española, avasallada por las fuerzas ciegas e incontenibles del mercado.

“Torrente 5: Operación Eurovegas” es definitivamente una sátira política, en la que el antihéroe protagonista hace hincapié en la miseria y la decadencia de los valores más significativos de la tradición hispánica, que abarcan desde las simpatías futbolísticas, pasan por las expresiones de la cultura popular y concluyen en la marginalidad de un país, otrora poderosa potencia colonial, que se va quedando afuera del resto del mundo, como cayéndose de la historia.

Todo eso dicho con el lenguaje grosero y soez que caracteriza al personaje y su ambiente. Torrente, un ex policía que no ha podido volver a encarrilar su vida, ha pasado algunos años en la cárcel y al cumplir la condena, se encuentra con desagradables novedades que hacen más difícil su reinserción en la sociedad.

Corre el año 2018, Cataluña se ha independizado, España ha sido expulsada del Eurogrupo, ha vuelto la peseta (ahora con las imágenes del rey Felipe y de la reina Letizia), el estadio Vicente Calderón está en ruinas, la estatua que recuerda al Fary está ultrajada y mancillada, Rajoy y Pablo Iglesias acuerdan una disminución de los salarios y un aumento del IVA... en fin, parece que todo se ha ido definitivamente al traste. Torrente, a quien esperan algunos amigotes a la salida de la prisión, decide convertirse en un “fuera de la ley”, para desde ese lugar, tratar de mantener vivos aquellos valores en los que dice creer.

Para ello, utilizará contactos que hizo en la cárcel y que lo llevan a localizar a un tan John Marshall, un ex marine estadounidense, lisiado por heridas de guerra, que está planeando el robo al casino Eurovegas, cuyo sistema de seguridad conoce al dedillo, puesto que fue el encargado de diseñarlo.

Torrente tendrá que reunir a un grupo de colaboradores para dar el golpe y allí es donde aparecen más personajes desopilantes que se irán sumando al proyecto, que consistirá en una serie de maniobras, una más arriesgada que la otra, para llegar hasta el tesoro del casino y robar los millones de pesetas allí depositados.

Con esa estructura, que es una caricatura de algunos guiones de películas de acción de estilo hollywoodense, la trama va dando una vuelta de tuerca tras otra, en la que las trampas y la traición entre los mismos integrantes de la banda hacen que el tesoro vaya circulando de mano en mano, entre persecuciones disparatadas y chascarrillos de baja estofa, terminando todos burlados por quien menos se lo imaginaban.

Numerosos cameos y homenajes a figuras del cine y del teatro de España y también de otros lares se dan cita en “Torrente 5”, lo que sumado a la participación estelar de Alec Baldwin como el ex marine, le ponen un poco de condimento a uno de los capítulos menos atractivos de la serie.

“Torrente 5” parece estar más concentrado en la crítica política, aunque mantiene su apuesta a la contradicción de un personaje que hace trizas sus ideales a cada paso con su accionar corrupto y autodestructivo, y su permanente delirio que lo lleva a no reconocer ni la realidad, ni sus propios defectos, buscando siempre un enemigo externo a quien achacar las culpas de su fracaso.

Si bien este capítulo viene flojo, no por ello habrá que suponer que será el último de la saga. Torrente todavía podría sacar más cartas de su grasienta manga en un futuro para seguir alimentando la vigencia de un género picaresco típicamente español, a pesar de todo.