Torrente 5: Operación Eurovegas

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Ahora futurista, la fórmula de Torrente aún hace reír

Salvo "Adiós cigüeña adiós" y "Las cosas del querer", no hay muchas producciones españolas que hayan llegado a tener una secuela tan exitosa como para convertirse en una auténtica saga.

Por algún motivo, "Torrente, el brazo tonto de la ley" se da el lujo de llegar a todo trapo a su quinta parte, al punto de que esta vez asocia al personaje dirigido e interpretado por Santiago Segura con un verdadero actor hollywoodense como Alec Baldwin.

El motivo de la persistencia de Torrente para llegar a esta quinta parte se podría adjudicar antes que nada al éxito del primer film, que en el momento de su estreno en España logró superar a un fenómeno de taquilla como el "Titanic" de James Cameron. Además, el antihéroe concebido por Segura captó burlonamente los aspectos más intolerantes, patéticos y miserables de la idiosincrasia hispana de un modo singular y especialmente atractivo para el público masivo de su país.

Con una carrera como director exclusivamente dedicada a su Torrente, en cada nueva entrada en su saga Segura se ha venido preocupando por darle algo distinto a su creación. En la secuela anterior, la novedad era el 3D (detalle visual que casi un lustro después seguiría siendo una novedad en una producción hispanoparlante). Pero en esta quinta ocasión, Segura optó por ir directo al punto en cuestión de cambios.

Por un lado, si desde el principio quedó claro que Torrente era un delincuente que cometía delitos escudado en su condición de policía, ahora sale de la cárcel decidido a convertirse formalmente en criminal, algo así como "el brazo tonto del delito". Por otro lado, la ambientación levemente futurista (año 2018) permite renovar y extremar la sátira social propia del personaje. En este sentido, la premisa de una España rechazada por la comunidad europea, que ha vuelto a la peseta (el diseño de los billetes futuristas arranca una sonrisa cuando aparecen en la secuencia de títulos) y donde hay independencia catalana dan lugar a muy buenos chistes a lo largo de todo el film. En cambio, otras bromas resultan totalmente localistas, y algunos detalles suenan un poco desaprovechados.

Pero gracias al futurismo, Torrente logra algunos momentos de humor negro políticamente incorrecto asombroso, tan extremo como sorprendente y eficaz. La idea de robar un casino, el Eurovegas del título, justo el día de la final del Mundial de Fútbol (Cataluña-Argentina) permite que al homenajear a la "Once a la medianoche" original es decir la de Frank Sinatra dirigida por Lewis Milestone y no la saga de remakes con George Clooney), este quinto Torrente logre una trama más sólida para diseminar el típico bombardeo de gags guarros, ultratontos, que cuando funcionan, realmente hacen reír.

Segura se apoya inteligentemente en cada miembro del elenco, especialmente en los [Ningún estilo de párrafo]H-8/10-N#REDONDAFirma

"Torrente: Operación Eurovegas" (España, 2014) Dir.: S. Segura. Int.: S. Segura, A. Baldwin, A. Simon, C. Lampreave, J. López, N. Asensi, C. Brava.

TMSalvo "Adiós cigüeña adiós" y "Las cosas del querer", no hay muchas producciones españolas que hayan llegado a tener una secuela tan exitosa como para convertirse en una auténtica saga.

Por algún motivo, "Torrente, el brazo tonto de la ley" se da el lujo de llegar a todo trapo a su quinta parte, al punto de que esta vez asocia al personaje dirigido e interpretado por Santiago Segura con un verdadero actor hollywoodense como Alec Baldwin.

El motivo de la persistencia de Torrente para llegar a esta quinta parte se podría adjudicar antes que nada al éxito del primer film, que en el momento de su estreno en España logró superar a un fenómeno de taquilla como el "Titanic" de James Cameron. Además, el antihéroe concebido por Segura captó burlonamente los aspectos más intolerantes, patéticos y miserables de la idiosincrasia hispana de un modo singular y especialmente atractivo para el público masivo de su país.

Con una carrera como director exclusivamente dedicada a su Torrente, en cada nueva entrada en su saga Segura se ha venido preocupando por darle algo distinto a su creación. En la secuela anterior, la novedad era el 3D (detalle visual que casi un lustro después seguiría siendo una novedad en una producción hispanoparlante). Pero en esta quinta ocasión, Segura optó por ir directo al punto en cuestión de cambios.

Por un lado, si desde el principio quedó claro que Torrente era un delincuente que cometía delitos escudado en su condición de policía, ahora sale de la cárcel decidido a convertirse formalmente en criminal, algo así como "el brazo tonto del delito". Por otro lado, la ambientación levemente futurista (año 2018) permite renovar y extremar la sátira social propia del personaje. En este sentido, la premisa de una España rechazada por la comunidad europea, que ha vuelto a la peseta (el diseño de los billetes futuristas arranca una sonrisa cuando aparecen en la secuencia de títulos) y donde hay independencia catalana dan lugar a muy buenos chistes a lo largo de todo el film. En cambio, otras bromas resultan totalmente localistas, y algunos detalles suenan un poco desaprovechados.

Pero gracias al futurismo, Torrente logra algunos momentos de humor negro políticamente incorrecto asombroso, tan extremo como sorprendente y eficaz. La idea de robar un casino, el Eurovegas del título, justo el día de la final del Mundial de Fútbol (Cataluña-Argentina) permite que al homenajear a la "Once a la medianoche" original es decir la de Frank Sinatra dirigida por Lewis Milestone y no la saga de remakes con George Clooney), este quinto Torrente logre una trama más sólida para diseminar el típico bombardeo de gags guarros, ultratontos, que cuando funcionan, realmente hacen reír.

Segura se apoya inteligentemente en cada miembro del elenco, especialmente en los personajes femeninos, empezando por una brillante Chus Lampreave, y otras actrices como Anna Simon y Neus Asensi que se bancan situaciones imposibles logrando algunos de los mejores gags. Alec Baldwin aparece mucho más de lo que se podría sospechar, y en un par de momentos muestra todo su talento para la comedia. Además, la película está ingeniosamente filmada, con un final a toda superacción lleno de efectos digitales a la altura de Torrente.