Tonto y retonto 2

Crítica de Leonardo González - Río Negro

Tonto y retonto 2: veinte años a veces es mucho

Hace 20 años los hermanos Peter y Bobby Farrelly, casi desde el anonimato, desembarcaron en la pantalla grande con "Tonto y Retonto". Su tipo de humor (irreverente, escatológico, de mal gusto, osado, absurdo, y podríamos seguir) le trajo un aire fresco al género de la comedia. De hecho, muchos de los largometrajes que vivieron después copiaron su estilo. Esa película -recordada hoy como si hubiese sido un hit pero que en su momento no tuvo tanto éxito- fue el puntapié inicial de su obra, y engrandecerían sus nombres con Loco por Mary" e "Irene, Yo y mi Otro Yo". Los largometrajes que les sucedieron tuvieron sus altos y bajos, pero sin dudas jamás renunciaron al estilo tan particular que los caracteriza.

Lloyd Christmas (Jim Carrey) y Harry Dunne (Jeff Daniels) son casi con seguridad los personajes más idiotas y grotescos que pisaron la pantalla grande. Su popularidad logró que tuvieran una serie animada, Tonto y Retonto (Dumb and Dumber, 1995-1996); e incluso una precuela:" Tonto, Tontos y Retontos", bastante olvidable por cierto.

Veinte años después del estreno de la primera, directores y actores retornan para revivir a estos íconos del cine en "Tonto y Retonto 2", para alegría de los fanáticos.

Lloyd ha estado confinado los últimos 20 años en un neuropsiquiátrico en estado vegetativo. Su amigo de toda la vida, Harry, lo estuvo visitando y cuidando todo este tiempo, pero ahora no lo va a poder hacer más. Es que necesita un trasplante de riñón urgente o su destino es pasar a mejor vida. En ese momento Lloyd sale de su estado y "se despierta", sólo para decirle a su mejor amigo que durante las últimas dos décadas le estuvo haciendo una broma. Nuevamente juntos, saldrán al camino cuando se enteren de que Harry tuvo una hija y podría llegar a servirle como donante. Obviamente, todo se complicará mucho más de lo esperado.

Si se están preguntando si esta secuela era necesaria, la respuesta es no. Eso no quita que la película está bien. Da la sensación que este film fue la excusa para reunir a viejos amigos, y tal vez haya sido así. Lo cierto es que podría haber sido un desastre y es un producto bastante digno. Lloyd y Harry fueron los personajes más tontos hace veinte años, y lo siguen ratificando en esta segunda parte. Hay referencias a la primera (aparece Brady Bluhm personificando nuevamente a Billy), algunos chistes son geniales, la química entre Carrey y Daniels está intacta y el humor de los directores sigue teniendo ese toque de originalidad de los que otros carecen y hasta envidian. La sensación es que los Farrelly están más grandes, por no decir viejos, y sus humoradas ya no son tan "potentes" o políticamente incorrectas como antes. Es como si la edad los hubiese aplacado.

Los invito a que busquen el cameo de Bill Murray, no así el de Jennifer Lawrence que, aunque pidió hacer una audición para la película y actuó porque es fanática de la primera, después pidió que saquen esas escenas (hizo de Kathleen Turner joven). Quién sabe aparezcan en el DVD. Consejo: quédense a ver los créditos y, tal vez, se les escape alguna lágrima.

Más allá de estas "sensaciones", el largometraje les brindará grandes momentos y hasta alguna que otra risotada. Como diría Forrest Gump: "Tonto es el que hace tonterías", y estos muchachos no se cansan de hacerlas todas juntas.