Tomorrowland

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

¿Se podría pensar que éste filme no seria lo mismo si su actor protagónico no fuese George Clooney?

Sin querer ser exactamente una pregunta retórica, se transforma en sí, al ser formulada.

Frank Walker (George Clooney), es un científico encerrado en un espacio y en un tiempo indeterminado, la imagen misma de aquello que prometía ser de niño, cuando era considerado un prodigio de inteligencia.

Es tal el trabajo de credibilidad que le da el actor a su personaje, que hasta se sigue descubriendo esa mirada ingenua y enamorada de ese niño ya extraviado y enamorado de un amor imposible.

La narración abre con una apuesta estético narrativa muy elevada. Frank empieza a dar las razones por las que supone se acabara el mundo en poco tiempo más, siendo corregido a cada palabra negativa de su discurso por Athena (Raffey Cassidy), quien le exige que cuente la historia desde el principio.

El relato entonces, retoma y empieza de manera muy conveniente al emplazarse en la Feria Mundial de Nueva York de 1964, la misma en que Walt Disney presentó su atracción "It's a small world", y el pequeño Frank Walker (Thomas Robinson) se presenta con su invento revolucionario, el que despierta la atención de Athena, una niña a primera vista también prodigiosa.

Años después de tantas decepciones y luchas infructuosas nos encontramos a Frank unido por un mismo destino a Casey (Britt Robertson), otra deslumbrante y animada adolescente plena de indagación por un saber cada vez mas científico.

Ambos terminan por ser el último recurso de la humanidad y se embarcan en una peligrosa misión para develar los secretos de un enigmático lugar, perdido en algún punto del tiempo y del espacio, conocido como Tomorrowland, pues podrían obtener allí las respuestas a los interrogantes del destino de nuestro planeta.

¿Es posible que los seres humano respondan positivamente a aquello que le presentan con certeza absoluta y esta sea la causa misma de su propio deterioro? Tal es el planteo inicial del filme dirigido por Brad Bird.

La historia de la humanidad así lo demuestra, pero ahora la pregunta va sobre el exterminio de la tierra misma, reflejada en un gran marcador de tiempo en cuenta regresiva.

La realización casi se constituye en chaplinesca a partir de una mirada esperanzadora del futuro de la humanidad, muy lejos de la mirada apocalíptica de filmes como “Mad Max” o la saga de “Divergente” conocidas éste año.

Cumpliendo con presentar y representar todos los elementos del género de ciencia ficción, el director despliega su fábula entre saltos temporales creando universos propios, erigidos con un minucioso sentido artístico plástico, pero sin renunciar a ser un simple espectáculo de fantasía inocua, pleno de discurso con el fin de despertar conciencias.

No por ello dejaremos de encontrar todos los personajes necesarios para que el desarrollo de la historia sea un continuo sin sobresaltos, el héroe, el antagonista, el que se sacrifica, y la motivación contrapuesta, a partir de esto la trama despliega una intriga impulsada por un sentido filosófico del bien y del mal, se consolida cuando Athena, se convierte en el eslabón que unirá el destino de Casey y Frank.
Una historia fantástica con demasiados puntos de contacto con una realidad cada vez menos contenedora de lo humano.