Tom y Jerry

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Tom y Jerry regresan a los cines con una película que padeció un ensañamiento notable de la crítica norteamericana.

Si bien está muy lejos de ser un estreno memorable tampoco es la peor producción de la década como dieron a entender algunos medios especializados.

En principio tiene momentos más entretenidos que el fiasco de 1992, un robo obsceno de Los rescatadores de Disney, donde los personajes hablaban dentro de un musical insípido.

Por otra parte, cuenta con un tratamiento digno de la creación de Hanna-Barbera que no tuvieron Garfield y el Pájaro Loco en sus horribles adaptaciones live action.

La dirección corrió por cuenta de Tim Story (Los cuatro fantásticos), quien en este caso elaboró una propuesta con un marcado tono infantil que apunta a entretener a niños de entre cuatro y diez años.
Motivo por el cual la experiencia puede resultar no tan placentera para los adultos que busquen esta película por una cuestión nostálgica, aunque eso no significa que todo sea un desastre.
El director al menos mantiene intacta las personalidades del gato y el ratón, quienes se comportan de la misma manera que solían hacerlo en los cortos tradicionales.
Tanto la interacción entre ellos como la comedia física que ofrecen está en sintonía con la serie animada y brinda los mejores momentos del film.

La representación de los protagonistas se trabajó a través de la animación tradicional e incluye la participación de personajes secundarios que fueron parte de los cortos, más un cameo especial de dos clásicos del género.

Un detalle interesante es que no los distorsionaron con la infumable corrección política de estos días. Jerry durante buena parte de la trama se desempeña como un ocupa dentro de un hotel lujoso, roba cosas que no le pertenecen y es el que inicia la tradicional pelea con Tom, a quien le sobran motivos para buscar una venganza.

Más tarde unen fuerzas contra un enemigo en común pero el film se asegura que la rivalidad entre los dos tenga una presencia considerable dentro del relato.

El problema con el trabajo de Story es que el argumento que rodea a los dibujos animados con los actores reales es penosamente desapasionado.

Para lo que representan Tom y Jerry en la animación esto que ofrece Warner termina siendo pobre. Lo curioso de esta situación es que el estudio en los últimos años estrenó muy buenas películas para el dvd, donde los personajes se cruzaron con Robin Hood, Sherlock Holmes y el mundo del Mago de Oz con guiones más elaborados.
Claro que en esos casos hubo otro equipo de producción.
De todos modos llama la atención que no le dedicaran más esfuerzo al guión.

Chloe Moretz y Michael Peña (en piloto automático) reman como pueden un conflicto insulso sobre la organización de una boda en un hotel que nunca les brinda la posibilidad de destacarse.

El director intenta construir una supuesta comedia de enredos con los personajes humanos pero no termina de funcionar por la sencilla razón que la trama es aburrida, Tom y Jerry la levantan por completo con sus intervenciones y consiguen que el espectáculo sea llevadero para los adultos.

Tampoco ayudó la elección de Story de centrar la banda de sonido exclusivamente en el hip hop que después del tercer tema se vuelve tedioso.

De todos modos, con todas sus falencias creo que la película puede resultar más placentera para el público infantil y en ese sentido cumple su objetivo.