Todos tenemos un... ex

Crítica de Elena Castelli - El rincón del cinéfilo

Esta comedia gira alrededor de varias historias sobre la pareja, con encuentros y desencuentros, marchas y contramarchas, relaciones que empiezan con toda la fuerza del amor y finalizan por elección o por error de sentimientos, plantea que el amor no es para siempre, pero el “ex” es de por vida.

Historias de amor que se cruzan, plagadas de conflictos, que sufren hasta llegar al final previsible, al estilo de las producciones en episodios entrelazados, en estos casos, con vínculos familiares, profesionales o de amistad, animados básicamente por seis parejas. Casos como el de un psiquiatra divorciado que debe asumir el cuidado de sus hijas adolescentes por la perdida de su ex mujer en un accidente, hecho que lo lleva a la reflexión y a descubrirse; un juez encargado de casos de divorcio enredado en el suyo; un sacerdote ante el dilema de seguir su vocación sacerdotal o retornar a la vida civil con su ex; padres que no desean obtener la tenencia de los hijos menores, en tanto estos no desean convivir con ninguno de los dos; Un policía celoso que vive amenazando al novio actual de su ex.

Se trata de una comedia costumbrista muy italiana que cuenta con un guión aceptable que desgrana situaciones graciosas, algo reiterativas, diálogos amenos, dirigida con oficio, sostenida con buen ritmo, aunque algo excedida en tiempo por los 120 minutos de duración que hubiera ganado con su reducción a 90 minutos, y animada por un elenco muy apropiado al género,

Fue muy exitosa en su país de origen, y es muy posible que entre nosotros tenga buena aceptación, máxime con las comedias inconsistentes estrenadas este año, sobre todo con los amantes de la comedia romántica.