Todos lo saben

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Todos lo saben, que inauguró el Festival de Cannes, está dirigida por el iraní Asghar Farhadi, reconocido por abrazar el premio Oscar en dos ocasiones con Una separación y El viajante. Su nueva creación, hablada en español, es un thriller familiar que se inicia en un campanario al mejor estilo de una vieja película de suspenso, donde el reloj marca las horas desesperadas que vivirán los personajes a lo largo de la historia.

Laura -Penélope Cruz-, es una española que vive en Buenos Aires junto a su esposo Alejandro -Ricardo Darín- y es invitada con sus hijos Teresa y Felipe, a la boda de su hermana en las afueras de Madrid. Allí se reencontrará con su antiguo amor Paco -Javier Bardem-, ahora dueño de un viñedo que ella misma le vendió y con todos los integrantes de su amplia familia. Aunque el buen tiempo les da la bienvenida, la tormenta no tarda en desatarse cuando Teresa, la hija adolescente, es secuestrada durante el casamiento. Todos se convierten en sospechosos como si se tratara de una novela de Agatha Christie.

El realizador combina el drama, alimentado por tensas relaciones familiares y hechos del pasado que salen a la luz, con el suspenso que genera la desaparición de la joven, que hace que Alejandro también deba viajar a España.

Con el marco escenográfico adecuado de un pueblo chico y una extensa lista de personajes dudosos que alimentan la trama coral -desde el chico que conoce a Teresa y la lleva en moto hasta los lugareños que se reúnen en un bar-, el derrumbe familiar es un hecho, instalando también el tema de la duda y la doble moral en una búsqueda que se transforma en desesperada. Y hasta se ven obligados a revisar la filmación del casamiento para descubrir al responsable.

Farhadi acierta más en el manejo de los climas dramáticos y en los romances solapados que en la intriga pero su trabajo es bien respaldado por un elenco solvente, en el que sobresalen Penélope Cruz, como la madre desesperada, y Javier Bardem, que se ocupará del caso hasta las últimas consecuencias y, con un desaprovechado Ricardo Darín en un rol que tiene más participación en la segunda mitad del filme. Fiesta, dudas y sospechas que no alcanzan el nivel de los anteriores trabajos del realizador.