Todo, todo

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Una tendencia tediosa.

Hay una tendencia reciente en las novelas para jóvenes adultos respecto a valerse de personajes con problemas de salud y usarlos como un punto de partida para contar historias con el “carpe diem” como filosofía principal.

Basándome solo en las películas de estos libros, estas narraciones, en la mayoría de los casos, si bien consiguen ilustrar dicha filosofía, lo hacen a expensas de dejar el potencial del conflicto a la deriva. Esto generalmente resulta en una idealización de lo que son (en muchos casos) aflicciones reales y con consecuencias tan turbias como alejadas del color de rosa que intentan vender.

Todo, Todo, infortunadamente es el capítulo más reciente de esta malinterpretación.

Poco, Poco. Nada, Nada:
Maddy Whittier es una adolescente que padece una condición desde pequeña que le impide salir al exterior. Dicho impedimento es fuertemente ejecutado por su madre, quien se ha tomado la molestia de hermetizar completamente su hogar.

Un día, se muda la familia de Olly al lado de su casa, y este muestra interés por ella. Las cosas se complicarán cuando quieran buscar la manera de hacer contacto más allá de las paredes de cristal que los separan.

La distancia que nos separa:
El guión de Todo, Todo tiene un obstáculo más que atractivo para impedir que los protagonistas estén plenamente juntos. Sin embargo el guión parece más preocupado en mostrar lo bien que la están pasando sin el más mínimo indicio de riesgo. Para ser más precisos: es una película tan color de rosa, que recién cuando éste satura ponen el conflicto para que no desentone.

No conforme con esto, el guión pisa su propio palito. En un momento dado hay una vuelta de tuerca que parece sorprendente, pero por la poca bola que se le dio al “obstáculo” va a haber quienes la van a ver venir. Y si les llega de sorpresa, probablemente sea percibida como un manotazo de ahogado.

En materia actuación, tanto Amandla Stenberg como Nick Robinson entregan roles apropiados a la altura de la propuesta. Ana de la Reguera, como la enfermera de la protagonista, es eficiente, igual que lo es Annika Noni Rose, quien da vida a la madre de la protagonista. No obstante, esta última ingresa en el tercer acto y se muestra tan desorientada como exagerada.

Por el costado técnico tenemos buena fotografía, montaje y música; funcionales; nada del otro mundo. Un punto extra va para la dirección de arte que sabe construir el clima antiséptico en donde debe vivir la heroína de la historia.

Conclusión:
Todo, Todo es la enésima iteración de una moda que ya no debería serlo. Las enfermedades no se idealizan, y si vas a hacerla una parte importante de tu historia tenés que retratarla con el peso, las complejidades y las consecuencias que corresponden. Lamentablemente, es una película que tiene tantos tropiezos al ilustrar su mensaje, que el único mensaje que te va a interesar es el que levantes de Whatsapp o Facebook al salir de la función.