Toda esta sangre en el monte

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Tierra de nadie

Toda esta sangre en el monte comienza a partir del crimen de Cristian Ferreyra, militante del MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Esteros que surgió como protesta a los atropellos de los Juárez, enquistados en el poder por décadas) en el año 2011. No sabemos cómo sucedieron los hechos hasta que comienzan a surgir pistas: agrotóxicos, empresarios inescrupulosos que van contra todo y los negociados parecen ser la causa.

Con testimonios de Deolinda Carrizo Vilela, Omar Pereyra, Margarita Aguamar Gomez, Sergio Ferreyra y Mirta Coronel, entre otros, nos vamos sumergiendo en la película que nos muestra el desarrollo del juicio a los acusados (Javier Juarez, sicario contratado por el terrateniente Jorge Ciccioli) en el 2014 y las marchas que realizaba el MOCASE.

Toda esta sangre en el monte es una crítica fehaciente de la realidad en la que viven las provincias argentinas, dejando Céspedes, su director, en evidencia más los silencios que las palabras. Cómo un gobierno se ampara en aquellos a los que realizan negocios a expensas del pueblo y la complicidad de la justicia es evidente.

Entre las manifestaciones constantes y reclamos de la soberanía alimentaria deambula la vida de los campesinos, víctimas que intentan subsistir con lo propio. Derechos primarios que todavía hoy parece ser utopías y que relatos como Toda esta sangre en el monte intenta poner en agenda.