Tierra sublevada - Parte 2: Oro negro

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Haciendo campaña

En tiempos electorales, el cineasta devenido político -devenido nuevamente cineasta- Fernando "Pino" Solanas, estrena su nuevo documental Tierra Sublevada II: Oro Negro (2011) donde explicita las consecuencias nefastas de la privatización de YPF. Si bien la denuncia es legítima, la postura del director de La hora de los hornos (1968) no es inocente.

En 1992 se concreta “la mayor estafa al pueblo argentino”, la privatización de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), de manera fraudulenta, arrastrándo gravísimas consecuencias para la Argentina en su totalidad. Fernando "Pino" Solanas habla de lo que sabe. Era diputado entonces y lo balearon en las piernas por denunciar la maniobra política, algo que el documental omite, si bien estaba presente en Memoria del saqueo (2004).

Solanas utiliza como en sus anteriores cinco películas, una narración dividida en capítulos. Y, si la película en su totalidad está dividida en tres grandes episodios, está subvidida en fragmentos dedicados a los afectados directos por la privatización de YPF. Serán ex trabajadores de la empresa, abogados que siguieron el caso, habitantes de pueblos originarios damnificados por la contaminación del área, etc. Solanas hace su lucha como propia (pero no como argentino sino como político), orientando su narración hacia la primera persona del plural y mostrándose caminando junto a ellos en más de una ocasión.

No estamos frente a una intención de documental objetivo, ni éste ni en sus anteriores documentales. La narración es del propio Solanas que incluso aparece en escena. Sin embargo, el director se ubica del lado más cómodo: los UTD (Unión de Trabajadores Desocupados). El lado más afectado de las privatizaciones de YPF y Gas del Estado.

Reiteramos que la denuncia es legítima, la privatización fue, es y será una estafa al pueblo argentino. Pero el estreno del film en tiempos electorales, y la búsqueda de culpables que incrimina al Gobierno Nacional, le otorga un carácter de campaña política personal en la que Solanas sale beneficiado. Es decir, utiliza a las víctimas de la privatización, para pasarle factura a su enemigo de turno.

Hay ciertos pasajes muy buenos en Tierra Sublevada II: Oro Negro. La historia del petróleo en Argentina con la figura de Mosconi a la cabeza, queda graficada excepcionalmente. Es lo mejor de un documental necesario por lo que denuncia, pero que se banagloria en la figura del propio Solanas, de patriota y luchador de causas nobles, cuando prioriza concientemente, su rédito político antes que nada.