Tiempo de revelaciones

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Reivindicación nostálgica del feminismo setentista

La directora francesa Catherine Corsini (1956) aseguró en una entrevista que filmó La belle saison porque “tenía un profundo deseo de homenajear a las feministas que eran frecuentemente menospreciadas”.
La película, titulada aquí “Tiempo de revelaciones”, narra la historia de una relación amorosa entre dos jóvenes mujeres en Francia, en los primeros años de la década de los ‘70, época de plena efervescencia de los movimientos de liberación en general, los que incluyeron las luchas por la liberación de las mujeres.
La belle saison tiene como protagonistas a Delphine, una joven nacida y criada en una chacra, hija única de un matrimonio de campesinos que trabaja de sol a sol junto a su padres en todas las tareas rurales, hasta que un día decide ir a París, con la intención de hacer su propia vida.
En la capital francesa, se cruza con un grupo de jóvenes mujeres activistas, cuya actitud desenfadada y provocadora la seduce instantáneamente. Delphine tiene una clara tendencia homosexual, uno de los principales motivos por los que quiso alejarse de su casa paterna, porque en el pueblo los prejuicios en ese sentido son muy asfixiantes. En París, en cambio, se vive un clima de lucha y emancipación.
En ese grupo milita Carole, una joven activista de una personalidad arrolladora, simpática, con rasgos de líder natural, efusiva y apasionada. Carole vive con su novio, un militante de causas sociales, y reparte su tiempo entre las actividades feministas y su trabajo como profesora de español.
Delphine es más tímida y reservada, aunque tiene un carácter fuerte y dominante. Poco a poco se va interiorizando de las luchas de estas jóvenes que se interesan por defender la libertad sexual y por emancipar a las mujeres de los clichés a los que la sociedad machista somete, lo que incluye reclamos por igualdad de derechos tanto en el ámbito personal como el familiar y el laboral.
La chispa de la atracción surge entre Delphine y Carole. Delphine sabe lo que le pasa pero Carole se ve sorprendida por emociones y sentimientos que nunca había sentido antes. El caso es que ambas se entregan apasionadamente a esta atracción y viven un intenso romance, el cual pone en crisis la pareja de Carole con su novio.
El problema vendrá cuando Delphine se vea obligada a volver a la granja ya que su padre sufre un problema de salud que le impide seguir trabajando.
Delphine se pone al frente del campo junto a su madre y renuncia a sus planes de vivir en París. Pero Carole va detrás de ella y se instala en su casa. Pronto su presencia causará más de un conflicto para Delphine, que se debate entre sus deseos profundos y los temores a la reacción de sus padres y de todos los vecinos, que son implacables al momento de juzgar ese tipo de inclinaciones.
La belle saison es un drama romántico, pleno de sensualidad, con todos los ingredientes de una historia de amor imposible entre dos personas, con la particularidad de que esas dos personas no son una pareja heterosexual sino homosexual, en un contexto histórico en el que todavía no se hablaba libremente de esas cosas.
Si bien el tema central de la película es la lucha por la autodeterminación y la búsqueda de la realización personal de las protagonistas, Corsini quiso resaltar que el feminismo, según ella, “colocaba lo humano en el centro”.
Su película es correcta desde el punto de vista formal y como principal atracción tiene el gran trabajo actoral de las protagonistas, Cécile de France como la explosiva Carole, Izïa Higelin como la misteriosa Delphine, y Noémi Lvovsky, en el papel de la madre, rígida y autoritaria, quien ejerce un fuerte control sobre su hija y puede llegar a torcer su voluntad.
Sin embargo, el final ofrece una salida esperanzadora para las jóvenes, cuyos nombres hacen alusión a dos figuras a las que Corsini también quiso homenajear: Carole Roussopoulos (1945-2009) directora de cine suiza y feminista que se conoce por sus películas documentales sobre los primeros movimientos de liberación de las mujeres en Francia, y Delphine Seyrig (1932-1990), actriz francesa conocida por sus roles en “Hace un año en Marienbad”, de Alain Resnais, y “El discreto encanto de la burguesía”, de Luis Buñuel.