Thor: Ragnarok

Crítica de Alexis Puig - Infobae

El impresionante regreso del Dios del Trueno

La tercera entrega de la saga de Thor es la mas colorida y festiva de toda la serie

Asgard se encuentra en manos de la despiadada y todopoderosa Hela (Cate Blanchett), que ha robado el trono y ha encarcelado a Thor (Chris Hemsworth), enviándole como prisionero al planeta Sakaar, en donde deberá luchar por su vida como un gladiador y tratar de volverá a su Tierra natal sin la fuerza de su martillo.

El director neozelandés Taika Waititi, responsable de joyas como Casa Vampiro, despliega en esta cinta toda su pericia para el humor, dejando de lado la oscuridad y solemnidad de las anteriores cintas de la saga. Más cercana al concepto de Guardianes de la Galaxia (y para que la conexión en la futura Infinity War sea más fluida), la película destila comicidad, una estética de colores ochentosos/poperos, y escenas de acción muy bien diseñadas.

Play
Chris Hemsworth sigue demostrando que detrás de su cuerpo fornido se esconde un gran comediante, que no teme al ridículo y que pone todo su empeño al servicio del filme.

Toda la película cuenta con una banda de sonido magnífica, que sin apelar a la nostalgia como en las cintas de James Gunn, nos regala momentos cargados de adrenalina, como el combate de Thor y una legión de seres al ritmo de Led Zeppelin.

Y si hay algo en lo que el Universo Marvel ha tenido poca fuerza, en la concepción de los villanos, aquí eso queda enmendado con la erótica y peligrosa presencia de Cate Blanchet (mortífera Hela) y el desopilante Jeff Goldblum haciendo de Jeff Goldblum con el vestuario de GrandMaster. Esto sin desmedro del carismático Loki (aplausos para Tom Hiddleston) un rufián irresistible, que cada vez que aparece en escena levanta aun mas la cinta.

Hay cameos, guiños y enlaces con el resto de los filmes de Marvel (incluida una original conexión con Avengers 2) y un muy logrado momento de Dr. Strange.

Por supuesto, en el filme encontramos a Hulk (con Mark Ruffalo haciendo notar sus gestos y sentimientos detrás de esa gigantesca masa verde), partícipe de una escena destinada a convertirse en objeto de culto (recuerden el momento jacuzzi cuando vean el filme); y Tessa Thomson como una Valquiria borrachina "de armas tomar", un personaje supuestamente menor que termina ganándose el corazón de los espectadores.

Thor: Ragnarok es más que una "space opera", es una aventura de ciencia ficción, bizarra, excéntrica, un espectáculo que nunca decae y que puede ser disfrutada por obsesivos de los cómics y neófitos en busca de entretenimiento.