Thor: amor y trueno

Crítica de Damián Aspeleiter - Revista Meta

Antes que nada, debo decir que Thor: Ragnarok (2017, Taika Waititi) es, a mi parecer, la mejor película basada en cómics de superhéroes que se haya hecho desde las Spiderman de Sam Raimi. Los motivos son muy sencillos y el primero de ellos es el hecho de que comprende el texto sobre el cual se escribe la historia, es decir que Taika Waititi comprende que la fantasía épica que le impuso Walter Simonson a los cómics del Dios del trueno en los cómics en cámara luce aburrido y bordea lo ridículo. Este problema es algo que le sucede a la mayoría de los productos basados en cómics lo cual lleva a despojarlos demasiado de la realidad para darles sentido a los personajes, es decir tratar de escapar al genero fantástico o de ciencia ficción para darle un tono realista solo ha hecho mas aburridas e inverosímiles a estas historias.

Por otro lado, Ragnarok recupera el concepto de divertimento y eso es lo más importante, desde finales de los años ochentas el cómic se volvió una lectura para intelectualoides perezosos, ya que intentan encontrar la crítica trascendente en revistas de veinticuatro páginas en lugar de explorar la filosofía o la literatura clásica. Es decir la filosofía y la comprensión del mundo en que se vive debería venir de vivir la vida o de leer el pensamiento original de un genio no desde la relectura edulcorada y tendenciosa de un relator que tamiza sus interpretaciones de Hegel, Ayn Rand, Nietzsche, Foucault o Shakespeare en historias contadas con dibujitos.

Los cómics se vieron plagados de artistas más o menos talentosos que trataron de llevar su visión nihilista o fascista de la vida a los textos de los cómics. Esto de alguna manera volvió a los cómics más interesantes pero pretenciosos y aburridos. Los cómics desde su nacimiento han sido creados para entrenar, para divertir y en el mejor de los casos para transmitir un mensaje. A partir de la década del 2000 muchos productos para cine basados en cómics comenzaron a copiar ese tono atentando contra la esencia de los personajes y sobre todo contra la posibilidad de divertirse, Thor más que nadie sufrió de esta tendencia y más que ningún otro producto del UCM fue criticado por ello. Thor Ragnarok recupera esa posibilidad y sobre todo nos da la pauta de que una buena historia, con hechos que cambian al personaje pueden ser contados sin aburrir y sin quitarle interés al personaje.

Thor: Love and Thunder (2022, Taika Waititi) es una consecuencia de Ragnarok y desde ese punto de partida todo el camino del personaje hasta donde lo encontramos al principio de la película está justificado. Love and Thunder es una historia sobre Thor (Chris Hemsworth) enfrentando a un villano, Gorr el asesino de Dioses (Interpretado por Christian Bale) y no la historia de un villano que casualmente se topa con el héroe y es ahí donde la historia es todo un acierto ya que sin el villano de turno la historia igualmente sería interesante.

La sinopsis es simple: luego de años viajando con los Guardianes de la galaxia, Thor decide volver a la tierra para buscar información sobre un villano que está masacrando Dioses, en su retorno se reencuentra con su gran amor Jane Foster (Natalie Portman), quien está atravesando la fase 4 de un cáncer, el villano es secundario y lo importante es el desarrollo del héroe. Sobre la construcción del villano el guión permite que el trabajo lo haga el actor encargado de personificarlo, quien desde su postura y sus tonos de voz nos permite empatizar con él a pesar de no ser el eje de la historia.

Otro gran acierto de Love and Thunder es que como ha pasado con las películas de James Gunn y Doctor Strange in the multiverse of madness nos encontramos con un director con voz propia, Waititi plasma en esta película su estilo el cual se nota en el aspecto visual, en el montaje y en la forma de contar la historia ya que este director puede llevarnos a momentos muy altos de comedia e inmediatamente mostrarnos una escena que rompe con ese tono, creando una situación de extrañeza que no nos permite aburrirnos. Waititi nos muestra esa capacidad de romper el tono de lo que estamos viendo sin quedar fuera de lugar. En esta película el director nos presenta una extraña mezcla entre épica y comedia que al estar bien narrada no desentona y es ágil.

En Thor: Love and thunder recuperamos el carácter heroico de los dioses del trueno ya que el dilema que les plantea el villano los lleva a enfrentarlo a pesar de los riesgos que implica para sus destinos esta pelea. En algún momento de la película Zeus (Russell Crowe) les propone un salvoconducto, pero la esencia de ser un héroe épico esta en aceptar el tener que hacer sacrificios en nombre de un bien mayor.

La cuarta película del dios del trueno es una obra ágil y divertida que mezcla la comedia y drama con la epicidad al mismo tiempo que nos hace conocer la voz de su director, quien no se equivoca en ninguna de las decisiones que toma. Al final de la misma logramos comprender que su tema no es la venganza ni el destino del universo sino la forma en que se construyen las relaciones y la verdadera importancia que se les da.