The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

La película de Steven Spielberg habla sobre un hecho del pasado, ocurrido en 197l, pero con ecos dolorosos en la historia posterior y en la realidad presente. Y con el guión de Liz Hannah y Josh Singer, el talento de un elenco impecable y el suyo propio, Spielberg le otorga a esos hechos históricos, interés, intensidad de thriller, emoción, crecimiento de los personajes y transforma toda visión nostálgica en una reflexión siempre actual sobre la libertad de expresión y el poder del gobierno de turno. La historia comienza con Daniel Ellsberg, analista del gobierno en Vietnam, que decide fotocopiar un extenso informe encargado por el secretario de defensa, Robert McNamara. Este abarca desde l968 toda la actuación norteamericana en Vietnam, tres décadas y cuatro presidentes, que deciden seguir la guerra aunque ya saben que van a perderla y no quieren asumir la humillación de terminarla. El primero en publicarla es de The New York Times que afronta un juicio acusado poner el peligro la seguridad nacional. Luego lo sigue “The Washington Post” con la misma acusación. Se pliega el resto de la prensa y ante el tribunal supremo se llega a discutir la libertad de expresión garantizada por la constitución. La película toma el momento crucial del diario que queda en manos de una mujer (Katherine Graham) luego del suicidio de su esposo, es en realidad el periódico que fundó su abuelo. Ella debe hacer públicas la acciones del diario para obtener solvencia económica y debe imponerse en un mundo de hombres que no la respeta, que casi la invisibiliza. Toda su transformación en la editora que se atreve a publicar ese informe, aún sabiendo que puede ir presa, en manos de Meryl Streep es memorable, la manera en que la muestra Spielberg también. Ese es un tema importante en el film, como una mujer sometida, que vive en un mundo sin sobresaltos se empodera y se transforma, igual que el diario de su propiedad, el Washington Post, mostrando un cambio que no tendrá retroceso en nuestra sociedad. A su lado Tom Hanks como Ben Bradlee, el hombre que luego supervisará toda la publicación del tema Watergate, hace un buen trabajo, el que le imprime ritmo, suspenso, momentos graciosos, el suspenso, que el director maneja tan bien y que puede convertir todo momento arduo en entretenido.