The Lady in the Van

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Hay actrices que si bien nunca tuvieron ese protagónico que las ponga en boca de todos, tienen un currículum riquísimo en roles de reparto o protagónicos en films que no trascendieron a la masividad.
Este es el caso de la inglesa Maggie Smith, una verdadera dama de la actuación, una actriz multifacética a quien pueden tener desde la Minerva de Harry Potter a la Constance de Gosford Park pasando por la Duquesa de York de Ricardo III, la Señora Medlock de El Jardín Secreto, la Hermana Superiora de Cambio de Hábito, o sí Violet Craley de la serie de TV Downton Abbey.
Smith goza del conocimiento general de ser una buena actriz, y ese es el centro de The Lady In The Van, que esta semana Village Cines trae a nuestra cartelera casi sin aviso para su complejo en el Recoleta Mall.
Basada muy libremente en un personaje real, la Señora Shepherd (Smith) que un buen día, de la nada, llega con su furgoneta a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings); literalmente estaciona sobre su patio.
La mujer, osca, gruñona, no muy amable, pero en el fondo simpática, insiste con el favor de quedarse momentáneamente allí. Ese momentánea” terminará convirtiéndose en una estadía de años; y en una relación de tire y afloje permanente con la figura del escritor.
El guión, escrito por el propio Alan Bennett destila cariño por el personaje de esta mujer; esto también se traduce en la dirección de Nicholas Hytner quien constantemente recaerá en Shepherd/Smith para resolver las escenas.
Hytner es de esos realizadores que uno podría considerar eclécticos, el hombre puede pasar de Las Locuras del Rey George y Las Brujas de Salem a El Objeto de mi Afecto sin mayores dificultades. Esto también lo caracteriza como alguien que no deja una huella muy firme en sus trabajos, algo que en Lady in the van termina siendo fundamental.
Bennett, quien debe haber sentido real cariño por el personaje real se encarga de dotar al personaje de todas las características para que la actriz pueda lucirse. Shepherd es estrafalaria, verborrágica y ocurrente. También tiene un buen corazón, como todos en esta película que plantea una de esas sociedades idílicas (y algo irreales) llenas de buenas intenciones.
Hay algún esbozo desde el guión por incluir algún elemento intelectual, esto se trasluce en las escenas en las que el propio Bennett desdobla su imagen a modo de separar su intelecto en varias partes. Es en estos momentos en donde la falta de inspiración de Hytner se hace más notoria, presentando estas escenas sin ningún agregado desde la imagen, pasando perfectamente como si fuesen personajes gemelos más que las mismas personalidades de uno mismo.
Una correcta ambientación de época, una interpretación que se come al resto (tanto Jennings como el resto del elenco quedan deslucidos), y momentos que combinan lo tierno con lo risueño, son lo mejor de esta película que peca de no darle el peso necesario a una historia que en definitiva queda chica.
Nadie duda que Maggie Smith es merecedora de un gran papel que la ubique sobre el tapete, quizás la popularidad de Dowtown Abbey es lo que la llevó este protagónico. Lady in the Van no será esa película, termina siendo un film amable, para un público sin mayores pretnciones, intrascendente, apenas correcto, y que a semejante actriz le queda decididamente chico.