The disaster artist: Obra maestra

Crítica de Diego Alvarez - Cuatro Bastardos

The Disaster Artist: Obra Maestra

¿Por qué decidí esta vez dejar como subtitulo el mismo que la distribuidora local eligió? Porque, desde mi parecer, eso mismo es este film.
Y, al mismo tiempo ¿Qué hace a “The Room (2003)” ser la peor película de la historia y ser tan adorada y considerada obra de culto? Quizás ese excéntrico ángel que tiene (o que es) Tommy Wiseau.
No voy a ser tan arrogante como para decir que conocí y vi a la Citizen Kane de las películas malas antes de conocer los memes de su peculiar protagonista (director, guionista y productor), pero cuando la vi para sentir y experimentar lo que tanto se habló de este film, más allá de sus grandes errores, encontré una obra profunda en sus raíces; y cuando le ponés pasión a lo que hacés, salga como salga, se nota y mucho.
Si bien el éxito que hubiese pretendido no acompañó a Wiseau y su ópera prima al instante de su estreno, poco tiempo después, ese fenómeno que es el “boca en boca” hizo que The Room comenzara a proyectarse esporádicamente (y hasta hoy, casi masiva y mundialmente) en salas donde los fanáticos asisten disfrazados de sus personajes favoritos y repiten al unísono diálogos que ya son parte del imaginario colectivo del que conoce esta película de culto.
Con The Disaster Artist: Obra Maestra, James Franco y su séquito completan y le dan un poco de forma a la enigmática figura de Tommy Wiseau y su abyecto film: Todo comienza con las palabras de actores y directores reconocidos (entre ellos J.J. Abrams) hablando a cámara y contando el impacto que tuvo The Room en sus vidas. Quizás irónicamente, quizás no, estos relatos en primera persona nos ponen en vías de conocer a este Ed Wood del Siglo XX.
En una clase de teatro, el joven Greg Sestero (Dave Franco) no llega a leer unas líneas por vergüenza, o quizás falta de talento, y aquí es donde entra Tommy (James Franco), un tipo que le sobra pasión pero que carece de cualquier tipo de talento o vergüenza. A la salida de la clase, Greg le pide que practique unas líneas de teatro con él, a lo que Tommy, despreocupado, acepta. Esto es el principio de un gran bromance, una amistad que va más allá de lo que fue su asociación para esa obra hoy de culto: Aquí, Tommy ve en Greg un potencial que ni el mismo joven se ve, una pasión que necesita un empuje, y en este punto entra el peculiar Ángel Wiseau (del que poco se sabe pero tiene una cuenta bancaria sin fin), una personalidad arrolladora, un viento salvaje que empuja a Greg a cumplir sus sueños más que los de él mismo.
The Disaster Artist: Obra Maestra es la muestra de que, a pesar de lo que digan de vos, nunca debes detenerte en la concreción de tus sueños. En este film (basado en el libro homónimo escrito por Greg Sestero), James Franco es el que se roba todas las escenas con su impecable e idéntica interpretación de Wiseau. Los gestos, su extraño rostro, incluso algo que no conocemos, como son los sentimientos y la amistad entre él y Sestero, llegan a lo profundo del corazón. El reparto que completan Dave Franco, Allison Brie, el infaltable Seth Rogen y los cameos de sus amigos como parte de The Room (y algún actor que hace de sí mismo) son una delicia, así también como los planos casi calcados del film al que referencian.
Los incesantes problemas en la filmación de The Room (por la inexperiencia y tozudez de Wiseau) hacen del film una comedia, incluso porque uno va con el prejuicio de haber visto todos los memes y chistes habidos y por haber acerca de la obra; pero no nos confundamos, The Disaster Artist: Obra Maestra es, por regla, un drama.
Quizás, paradójicamente, James Franco quiso crear una comedia, pero le salió una historia trágica; cuando Tommy Wiseau quiso crear un drama y le salió una comedia. Por eso, las dos se complementan, y son el ejemplo exacto de que la pasión, el amor y la dedicación a lo que hacés, tarde o temprano, te llevan al lugar que merecés.
A quedarse tras los créditos finales porque hay varias sorpresas, como esas escenas calcadas a The Room en el que se ve el gran oficio con el que se desplegaron James Franco y sus co-protagonistas. Realmente The Disaster Artist es una OBRA MAESTRA.