Terror en lo profundo 3D

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Entre los realizadores de películas de aventuras, brilla el casi anacrónico y siempre creativo David R. Ellis. Casi anacrónico porque sus películas, a pesar de la velocidad siempre enorme y de los efectos especiales, apuestan a un clacisismo que hoy no está demasiado en boga. Por regla, sus películas tratan de situaciones cotidianas que se vn de madre por la intervención de un elemento fuera de lugar. Es lo que se ve en Celular, Destino final y esa locura absoluta llamada Terror a bordo que, en el universo conocido, se llama Snakes on a Plane (sí, la del avión en plena tormenta plagado de serpientes venenosas). En Terror en lo profundo tenemos a un grupo de alocados y lindos jóvenes de vacaciones (exposición de cuerpos de tapa de revista) son atacados por tiburones. Ellis, uno de los más veteranos directores de segunda unidad (esos que filman lo que el director titular no tiene tiempo o no le interesa, como las escenas de acción) había cumplido ese rol en Alerta en lo profundo, aquel otro film de tiburones realizado por Renny Harlin que resultaba bastante alocado. Quizás recordando aquel descontrol, aquí Ellis se dedica a mostrarnos -en 3D- todas las formas posibles en que un escualo puede almorzarse a un cristiano (o judío, o musulmán, o budista...). El resultado quizás no está a la altura de otros de sus films, pero la creatividad para la truculencia y el ritmo constante hacen de la película un verdadero ejercicio de aquella gloriosa Clase B, que aún sobrevive en estos artesanos locos por el cine.