Terror en Chernobyl

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

El gran desastre

Un guión sólido, una propuesta narrativa original, buenas actuaciones, buen manejo de cámara, estos son los componentes básicos para una buena película, curiosamente son todas las cosas que Terror en Chernobyl no tiene.

Lo primero que pensé cuando me enteré de la realización de esta película es en el mal gusto que constituía hacer una película de terror y más específicamente de "mutantes" basándose como premisa en el terrible desastre ocurrido en Chernobil, nunca vi una manera más grotesca de hacer leña del árbol caído, esto sin embargo, no es lo único grotesco de este estreno.

El argumento de esta película es de lo más simplón, un grupo de chicos sin nada mejor que hacer deciden ir a Pripyat, ciudad donde vivían los obreros que trabajaban en el reactor nuclear, una vez ahí obviamente van a encontrar ciertas cosas extrañas que los van a hacer decidir irse de ahí pero cuando se suben a la camioneta para querer irse... la camioneta no arranca obviamente y ahí empieza la verdadera travesía. TODO en esta película es tan obvio como su premisa, los personajes son totalmente unidimensionales, los actores que los interpretan... también, los "sustos" son en circunstancias tan clichés que los ves venir un minuto y medio antes de que sucedan, los efectos muy malos, la banda sonora, inexistente.

El director debutante Bradley Parker (trabajó anteriormente como supervisor de efectos en varias cintas incluyendo Déjame Entrar y como artista digital en Fight Club) no nos permite sentir empatía por ningún personaje, algo más que llamativo en una película de terror, así que nunca nos permite sentir ni miedo ni tensión ni desesperación junto a los personajes por lo que la película cae rápidamente.

Debo reconocer sin embargo que noté cierta intención de innovar en cuanto al manejo de cámara, esta película salió de la mente de Oren Peli (director de Actividad Paranormal) que acá trabaja como guionista y productor, sin embargo este no es un falso documental aunque comparte la misma estética que éstos y es ahí en donde se ve el interés por darle un poco de originalidad a esta película, constantemente la cámara es desprolija, se mueve mucho, nunca está estática, re encuadra constantemente y se posiciona la mayor parte del tiempo en lugares que nos mantienen alejados de la acción (un truco clásico en los falsos documentales) al mismo tiempo que tiene la soltura que no tienen las películas que dejan expuesto a un supuesto camarógrafo. Este aspecto me resultó interesante aunque particularmente en esta película no funciona, primero porque no funciona la película y segundo porque la técnica de la "desprolijidad" se pasa de rosca otorgándonos encuadres horribles que lucen sumamente amateurs (y en algunos casos ni siquiera).

Terror en Chernobyl representa sin dudas un tropezón en la largada de Bradley Parker como director y una de las películas más flojas del año.