Terror 5

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

CINCO CUENTOS FALLIDOS

Terror 5 es de esas películas que traen algunas tentaciones para nosotros los críticos: primero la tentación ser indulgentes, porque el arquetipo del argentino sólo cuenta las que gana, y tanto público, realizadores y algunos críticos colegas exigen que tengamos en cuenta, dentro de los criterios de análisis, lo difícil y esforzado que es hacer cine de género en un país como el nuestro; y también la tentación de sacar conclusiones apresuradas acerca del estado de situación del cine de género nacional tomando como punto de partida una o dos películas fallidas. Intentaremos no dejarnos llevar por ninguna de esas tentaciones, al menos no del todo.

Es cierto que la película de los hermanos Rostein comparte algunas tendencias con un film de terror reciente como El muerto cuenta su historia (Fabián Forte, 2016). Ninguna de las dos dialoga con el cine de terror contemporáneo, ni tampoco con el del pasado, ni siquiera con las películas malas. Como si el cine de terror argentino debiera nacer por generación espontánea y ser bueno por portación de nacionalidad. Además, ambos films comparten esa puesta en escena grotesca un poco artificial y teatral, que también se traslada al tono de las actuaciones. Esto no significa que todo el cine de género nacional sea así, pero tampoco encontramos ejemplos de grandes películas que marquen el camino diferente en los últimos años, salvo los buenos films de la productora Paura Flics.

Aunque lo realmente malo de Terror 5 es cómo falla en casi todas las cuestiones narrativas. Antes que nada nos propone una antología de historias interconectadas al estilo de la sobrevalorada Relatos salvajes (Damián Szifron, 2014). En una misma arbitraria noche se suceden una serie de cinco relatos poco logrados; si le reclamábamos a la película de Szifron algo de rigurosidad en los relatos, en Terror 5 veremos cinco premisas arrojadas a la marchanta y resueltas a los tumbos. Salvo la primera historia que transcurre en una escuela de pesadilla y que a pesar de ser rescatable contiene una sobrecarga de diálogos pomposos bastante importante, el resto tiene un desarrollo cuanto menos cuestionable, sobre todo teniendo en cuenta el errático montaje que termina disolviendo el poco suspenso conseguido, logrando que la película genere menos interés que una biografía de Susana Malcorra. Hay historias que se abandonan y otras que siguen hasta el final sin razón aparente, y todas, absolutamente todas (esto debe ser una especie de record), tienen un final abrupto o que ni siquiera respeta la lógica de ese universo enclenque que nos oponen los Rotstein.

La mirada que propone Terror 5 sobre el género es un poco confusa. Por empezar parte siempre desde el cinismo y la subestimación, como si el género terrorífico sólo funcionara desde lo grotesco o desde la pose nihilista. Es una película donde nadie está en peligro porque nadie nos importa, todos son prescindibles, y encima el tono burlón gritón al estilo Esperando la carroza sólo hace que nuestro odio se expanda. Algún día un paper del Conicet hablará sobre el fallido sentido del humor de esta película.