Terror 5

Crítica de Carlos Schilling - La Voz del Interior

Emociones fuertes

La película argentina combina relatos de venganza con un salto de calidad hacia el género del horror. La venganza es una de las fuerzas que mueven al mundo. En torno a ella giran numerosos mitos y relatos que revelan hasta qué punto la exigencia de justicia se hizo carne en la humanidad. Una de las películas argentinas más exitosas de los últimos años –Relatos salvajes– pretendía darle un sesgo local a esa necesidad universal de restablecer el equilibrio, tan bien formulada en la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente.

Terror 5 –más por casualidad que por voluntad de sus creadores– es una especie de Relatos salvajes recargado. Aquí también el corazón palpitante de las cinco historias que se entrecruzan es la venganza. Pero en vez de un afectado y efectivo costumbrismo nacional, lo que propone es un salto hacia el horror, como género y como estética.

Es un salto arriesgado, sin duda, y no extraña que en varios segmentos se vean las heridas, las contusiones y las cicatrices. La irregularidad suele ser una marca de fábrica en este tipo de productos, que siempre flirtean con la exageración o la desmesura, y a veces la conquistan y otras sucumben en el intento.

Pero Terror 5 tiene a su favor una estructura narrativa muy aceitada, que les permite a los directores Sebastián y Federico Rotstein contar las cinco historias como si fueran una sola. Todo ocurre durante una única noche en la cual se conoce el fallo del juicio a un político responsable de la muerte de 15 personas en el derrumbe de un edificio.
Si bien el clima social remite a 2001 o a la tragedia de Cromañón, la dimensión política queda en segundo plano comparada con los dramas de los personajes y las peripecias más o menos sangrientas que les toca vivir, con zombis, asesinos, enmascarados y snuff movies incluidos.

Hay algunas escenas realmente sublimes, como la inicial, que muestra a un tipo maquillado como el demonio de Kiss que avanza a toda velocidad con su motoneta por las calles de un suburbio. Ese personaje (Walter Cornás), que reaparece en el episodio más logrado, bastaría para justificar la película. Pero, por suerte para los fans del género, todos los episodios de Terror 5 deparan emociones fuertes.