Terremoto: La falla de San Andrés

Crítica de Carlos Manuel Horazzi - Citricón

Terremoto, La Falla de San Andres, es el típico producto de la maquinaria de cine de verano Hollywoodense.

Dwayne “The Rock” Johnson es un rescatista de la ciudad de Los Ángeles, mientras Paul Giamatti es un científico y profesor de la universidad de Caltech, que al principio de la película nos vaticina lo que vendrá. La tierra tiene 1.300.000 terremotos por año, y la Falla de San Andres, que atraviesa el estado de California, debería acomodarse cada 150 años... Hace 250 años que no pasa... asi que hagan las cuentas.

La primera escena de la película ya marca el tono que tendrá. Un accidente de auto plagado de efectos digitales, y completamente inverosímil, es resuelto por nuestro protagonista arriesgando su vida, pero salvando a todo el mundo en el proceso, llevando más allá de los límites a su equipo, tanto humano como mecánico.

Como contrapunto, cuando un sismo muy fuerte le cobra la vida a un colaborador de Giamatti, al mismo tiempo que trata de predecir futuros terremotos, nuestro científico intenta advertir al mundo de lo que puede llegar a pasar, y pasara: toda la falla de San Andres se ha activado, y destruirá a la mitad de California.

Esa es la premisa principal de la película, que para variar, sigue todas las fórmulas del cine catástrofe cliché por cliché. El científico al que no le creen (pero que tenia razón), el héroe divorciado, la ex que se casa con alguien aparentemente mejor (mas rico, con mas tiempo, etc.), la familia del héroe que corre peligro, una hija que rescatar, un enamorado de la chica que la ayuda, una ex que recuperar, un pasado traumatico que marco a nuestro héroe pero que se redimirá, un niño gracioso para hacer comentarios divertidos y miles de personajes secundarios para matar sin que nos importe. Solo le falta un presidente negro para cantar bingo. Mas allá de los efectos, que son extraordinarios, la película no ofrece nada nuevo.

Lo único que hace ruido, y mucho en este caso, es la elección de la profesión del protagonista. En la mayoría de las películas, el héroe se obsesiona con salvar a la familia, pero es un guionista con poca suerte (2012), o algún otro trabajo “normal”. En este caso, el protagonista que es RESCATISTA, básicamente ignora al resto de la población para buscar a su familia, y los ayuda cuando le queda tiempo… algo que queda muy claro en la escena del edificio donde rescata a la ex esposa... Pasa por 10 rascacielos colapsando, sin inmutarse por los demas.

En pocas palabras, nada nuevo, excepto los efectos especiales.