Terminator: Destino oculto

Crítica de Enrique D. Fernández - HaciendoCine

El futuro es mujer

A pesar de los constantes fracasos en cada una de sus últimas entregas, la saga de Terminator insiste en querer renovar su imagen para conquistar a las nuevas generaciones, siendo que ya pasaron 35 años del estreno de la película original, y teniendo en cuenta que ninguna de las secuelas que precedieron a las que dirigió James Cameron volvieron a gozar del mismo éxito, tanto en recaudación como en críticas.
“Terminator: Destino oculto” propone resetear todo lo acontecido en capítulos anteriores para presentarse como una continuación directa de “Terminator 2: El juicio final”. La premisa regresa a las fuentes y presenta a un trío de heroínas que deberán sobrevivir a una serie de persecuciones extremas mientras un Terminator del futuro intenta alcanzarlas.
Para asegurarse que esta sexta parte llame la atención de los espectadores, la producción fue a buscar nuevamente a Cameron, a quien le pidieron que supervise el guión, mientras sentaban a Tim Miller, director de la mega exitosa “Deadpool”, tras las cámaras. Pero el fan service no se detiene ahí, y otro de los grandes atractivos que se suma es el regreso de Linda Hamilton en el papel de Sarah Connor.
La película va a lo seguro y apuesta por la acción constante, antes que detenerse en argumentos sólidos que expandan el universo narrativo de la saga (aunque muchos se sentirán traicionados por algunas de las decisiones que tomaron los guionistas). Tampoco falta el oportunismo progre del contexto hollywoodense actual, y que se basa en fomentar el estreno de grandes tanques liderados por elencos, en su mayoría, femeninos. “Terminator: Destino oculto” es rock para las (nuevas) masas, ni más ni menos.