Tengo ganas de ti

Crítica de Pablo Raimondi - Clarín

El macho de España

Filme sobre un conquistador, con un guión marcado por lo romántico, sexual y, sobre todo, lo superficial de la vida.

El director Fernando González Molina no tuvo mejor idea que armar una segunda parte de 3 metros sobre el cielo , también de su autoría, basada en la novela de Federico Moccia. Tanto Tengo ganas de ti como en su precuela se repite el objetivo: elevar al actor Mario Casas como uno de los íconos juveniles del cine español. Con un look que puede recordar a Taylor Lautner (Jacob Black, el lobizón crepuscular), el galán ibérico se hermana con su colega estadounidense por su destreza motociclística. Y, obvio, por conquistar (y destrozar) corazones femeninos en estos cuentos de hadas para adolescentes.

El bueno de Mario encarna a Hache, quien vuelve luego de una larga estadía en Londres a su Barcelona natal. En la ciudad española se reencuentra con su entorno de años atrás, y esto engarza el recuerdo tormentoso de su amor por Babi (María Valverde), en esta ocasión eclipsada por la actuación de Clara Lago (Gin, lo mejor de la película) quien también conquista al galancete. Ella tiene el desenfado, fluidez, complicidad, misterio y una pizca de masculinidad que magnetizará a Hache. El es reflejado como el típico macho alfa que se lleva todo por delante y carga con el Manual del Buen Levante: mirada felina, cuerpo torneado, algo torpe (vean las escenas de los vestuarios) y en complicidad con una montaña de clichés amorosos dispuestas por el director: lluvia, arena, mar, noche, velas, etc. “Odio los tíos como tú”, dice Gin, “¿Irresistibles?”, contesta él. No comments.

Conversaciones con un amigo muerto, embarazos no deseados, enfermedades terminales, infidelidades y abusos son situaciones que González Molina cruza peligrosamente en un guión marcado por lo romántico, sexual y, sobre todo, lo superficial de la vida. Un delicado contraste, poco efectivo en este filme.

La celestial voz de Gin -participa en un ciclo de casting a la búsqueda de talentos musicales- le da algo de vuelo a una película que nunca despega donde se enaltece hasta el hartazgo las virtudes del conquistador.

Tengo ganas de ti insiste y siempre se empantana en los conflictos de amores no resueltos y, en parte, la irresponsabilidad juvenil. ¿Ejemplo? Andar parado en la parte de atrás de una motocicleta en movimiento, brazos en cruz. Y sin casco, obvio: ¡bienvenida la seguridad vial! En síntesis, un filme que alerta a las chicas enamoradizas ante los pretendientes con agallas (de película) para la seducción. Muchachos: apliquen el método Hache a ver si les funciona.