Tengo ganas de ti

Crítica de Marcelo Menichetti - La Capital

El dolor de ya no ser

“3 metros sobre el suelo”, que el cineasta español Fernando González Molina dirigió en 2010 y que no se vio en la Argentina, narraba una historia de amor protagonizada por una pareja que termina disolviéndose por decisión de la mujer. Luego de esa ruptura, el galán despechado partió rumbo a Londres en un intento por olvidar a la mujer que lo había dejado. “Tengo ganas de ti” es la continuación de aquella historia y comienza con el regreso a Barcelona del hombre (una especie de sex simbol para el público femenino español) que protagoniza una historia con muy pocos elementos como para convencer al espectador. Más aún, cuando la primera parte es desconocida para el público argentino y el galán que arranca suspiros en España, por estas latitudes, es poco menos que un absoluto desconocido. La débil trama de la película está centrada en los intentos del protagonista por rehacer su vida sentimental y en la aparición —un poco forzada— de otra mujer, que consigue encender algunas llamas de ilusión el el corazón del melancólico desengañado. Hasta que llega el previsible momento en el que se reencuentra con la chica que le partió el corazón y vuelve la desilusión a minarle el campo. Con buenas imágenes, aunque con un exagerado predominio de escenas previsibles que ayudan al lucimiento del protagonista —únicamente desde la perspectiva de su imagen—, la película pretende distinguirse del resto de las producciones españolas acercándose a un estética de cine hollywoodense. Sin embargo, no deja de ser una secuela que responde más a los cálculos de taquilla basados en el éxito de su antecesora (que aquí se desconoce), que a cualquier justificación de índole artístico.