Tengo ganas de ti

Crítica de Juan Carlos Fontana - La Prensa

Rebeldía joven a la española

Un filme dedicado a un público de jóvenes: ellos van a encontrar en ella una muy buena dosis de entretenimiento, escenas románticas, algo de sexo, jóvenes de bastante más de veinte que juegan a ser adolescentes, una Barcelona siempre atractiva y muy buena música.

El actor Mario Casas (La Coruña, Galicia, 1986) ha ganado puntos en la calificación europea desde que protagonizó "Tres metros sobre el cielo", basada en la novela del italiano Federico Moccia.

"Tengo ganas de ti" es una secuela, o continuación de aquella, del mismo autor, y está hecha especialmente para este hombre joven -en el papel de Hache-, al quien el director Fernando González Molina se ha preocupado en fotografiar desde todos los ángulos, como si fuera la legendaria Veruschka, en "Blow-up" de Michelangelo Antonioni.

El filme no ofrece demasiado, su guión se apoya en mostrar las fiestas, los arrebatos de pasión y romanticismo, que nutren cada instante de los protagonistas, a la vez que pone en primer plano las clásicas fracturas de los veinteañeros: la novia rica, que abandonaron cuando se fueron a estudiar a otra ciudad, las peleas y separaciones con los padres, el dolor ante la enfermedad de la madre y la nunca resignada desazón que deja la pérdida del mejor amigo.

BELLA BARCELONA

"Tengo ganas de ti" es una típica comedia juvenil con algo de melodrama al final, que intenta reflejar a los jóvenes en la Barcelona actual: despreocupados, con fiestas en uno y otro boliche, la chica que se prueba en el programa de televisión "Cien talentos por descubrir", el muchacho que tiene moto, auto si lo quiere, casa y comida y un trabajo "free lance" que le permite irse cuando quiere, o tener sexo con su novia en el baño de los set de filmación y todos sonrientes.

Cada tantos años a España, se le da por hacer un filme prototípico de las rebeldías juveniles. En 1995, le tocó a la dura "Historias del Kronen" (de Montxo Armendáriz) y ahora a "Tengo ganas de ti", en el que se muestra romance, rebeldía y enfrentamientos por una chica, a través de escenas recicladas, que recuerdan a "Grease" con John Travolta, o a "Nido de ratas", con Marlon Brando.

UN MACHO ALFA

Salvando las enormes distancias y diferencias que pueden encontrarse entre Travolta y Brando, Mario Casas tiene la sonrisa y la simpatía del llamado "macho alfa", ese que cae bien, sabe seducir y en este filme hasta se atreve al boxeo, tan de moda en la televisión argentina, últimamente, como para demostrar que la adrenalina masculina pasa por ser tan rudo como tierno con la chica de la que se está enamorado.

La historia se apoya en el clásico relato, de chico de clase media, ex novio de una chica de dinero, que a su regreso de Londres se enamora de otra muchacha, Gin (Clara Lago), experta en taekwondo, fotógrafa y nada fácil de conquistar. Pero como al protagonista y al director no les sobra paciencia, ella finalmente caerá rendida ante el carilindo, aunque más tarde deba llorar y arrepentirse.

Como se dijo este es un producto dedicado a un público de jóvenes: ellos van a encontrar en ella una muy buena dosis de entretenimiento, escenas románticas, algo de sexo, jóvenes de bastante más de veinte que juegan a ser adolescentes, una Barcelona siempre atractiva y muy buena música.

compañando ese entorno bien diseñado por el director Fernando González Molina, se suman las convincentes actuaciones de Mario Casas (Hache) y una muy simpática Clara Lago, en el papel de Gin, la chica que sabe tanto de taekwondo, como de fotografía.