Temporada de caza

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Nieve negra

Nahuel (Lautaro Bettoni) es un adolescente con una innata conducta violenta. Tras la muerte de su madre, se ve forzado a mudarse con su padre Ernesto (Germán Palacios) en la Patagonia, al que no ha visto en más de una década. Él es un respetado guía de caza que vive en las montañas con su segunda esposa y sus hijas. La reunión no resulta fácil, el orgullo y el resentimiento prevalecen tanto en el padre como en el hijo.

Esta ópera prima de Natalia Garagiola ganó el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Venecia y mantiene las características de un film dramático y un thriller, generando climas atrapantes, donde la conjunción de pasado, resentimientos y una relación no construida desde pequeño los ponen a prueba en medio de un escenario frío e salvaje que les ofrece el sur de la Argentina. Es una película íntima con el foco puesto en una relación compleja entre padre e hijo.

Tanto el trabajo de la directora como el de fotografía de Fernando Lockett, logran más allá de las palabras, exteriorizar lo tormentoso que resulta para ambos protagonistas tener que construir una relación a base de la fuerza. El duelo no parece haberse hecho en su totalidad y el film lo esgrime muy bien a partir de los silencios y cámara en mano, demostrándonos no solo la violencia sino también las inseguridades, el dolor, el fastidio.

Temporada de caza, si bien lleva adelante una trama sencilla, nos ofrece un elenco firme y desenvuelto con naturalidad, apoyado en una excelente dirección de actores. La temporada de caza no representa tan solo un simbolismo del universo masculino y el frío no solo parece estar ahí afuera.