Ted Bundy: Durmiendo con el asesino

Crítica de Gimena Meilinger - Cinergia

Extremadamente cruel, malvado y perverso

La traducción literal del título original es “Extremadamente cruel, malvado y perverso” que, justamente, es la frase que pronuncia el juez del caso Ted Bundy, hablando de la personalidad del acusado.

Basado en el libro “The Phantom Prince My Life with Ted Bundy”, de Kloepfer, su ex mujer, donde cuenta su punto de vista sobre la historia, la película presenta a uno de los asesinos más salvajes de la historia. A pesar de ser del mismo creador que la serie documental de Netflix Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy, poco tienen que ver una con otra, más allá que se trate de la misma persona.

Ted Bundy: Durmiendo con el asesino narra la historia de amor que podría haber sido hermosa, pero resulta que una de las partes era un tenebroso asesino de mujeres. Construida a partir de flashbacks que muestran el comienzo y desarrollo del vínculo entre ambos. A los ojos de Liz, Ted es ideal, el compañero de ella y de su pequeña hija. Hasta que comienza a ser buscado y detenido por distintos femicidios que ocurren en los Estados Unidos. Igualmente, el vínculo resiste mucho tiempo más.

Con el paso de los tiempos, Zac Efron está logrando salir del mote de “chico bonito” para, gracias a papeles que lo resaltan, tener algunas buenas interpretaciones en distintos géneros. Su actuación en este drama es muy buena, con una interpretación que impacta por su seriedad y oscuridad (a pesar de la simpatía del criminal), así transmite el encanto y espanto que habitaban en la misma persona. Sin dudas, el mejor trabajo de su carrera.
Lily Collins interpreta de manera formidable a la mujer enamorada y entregada, al menos los primeros tiempos, Elizabeth Kloepfer, quien apoya durante muchísimo tiempo a su marido Ted y no cree ninguna de las acusaciones que sobre él recaen. Al principio llama la atención su papel, pero luego se va licuando hasta dejar de ser interesante.

Además tenemos a Kaya Scodelario como Carole Ann Boone, la que se transformaría en la esposa de Bundy en 1980 cuando se lo propuso en medio del juicio. Además, ver en escena a figuras como Jim Parsons, Jhon Malckovich y James Hetfield (voz de Metallica) es muy reconfortante.
Si uno se deja llevar por el espectacular título de la película, podría creer que verá un policial sobre el asesino y sus increíbles crímenes. Aunque está muy lejos de eso. Quizás hubiese sido más funcional si Ted Bundy hubiera sido el verdadero protagonista, ese criminal escalofriante, con las historias de su confesión, como sí sucede en la serie documental, dirigido por el mismo Berlinger. Aquí sólo se dedica a mostrar la destreza para enamorar y la forma en la que se convierte en una celebridad, a costa de su propia libertad.

A esta adaptación en forma de película le falta el peso dramático de la historia. Hay ahorro de demasiados recursos que hubiesen dado mayor sentido a todo, por ejemplo, el conocer esta doble personalidad de Ted, del amor romántico con su esposa a las cosas que nunca contó. Dado que la película la tiene Netflix y enseguida la estrenará, es un buen plan verla en casa. Con esto, no se descarta verla en sala de cine, pero no es imperdible.