Ted 2

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Tómalo o déjalo... es el mismo Ted

Igual de malhablado, machista, racista y bizarro, el oso de peluche enfrenta conflictos con la ley.

Ted,el oso de peluche vuelto a la vida (voz de Seth MacFarlane) lleva un año de matrimonio con Tamy-Lynn (Jessica Barth).

La rutina está ganando peligrosamente a la pareja, así que el consejo de buscar un bebé no tarda en llegar.

El problema es que, para lograr la concepción se precisa un donante. Pero esto no es lo único: para ser padre, Ted debe ser reconocido primero como persona y ciudadano. Así que, acompañado por su dueño y mejor amigo John Bennett (Mark Wahlberg), recurre a la abogada Samantha Jackson (Amanda Seyfried) que deberá defender su demanda en tribunales.

Para tomar con ganas o dejar en el absoluto olvido, sin términos medios. Así es el humor de Seth McFarlane, conocido por su incursión televisiva, entre otras, con la serie Padre de familia, y en el cine con Ted (2012) y Un millón de maneras de morir en el Oeste (2014).

Con diálogos malhablados en situaciones escatológicas, con machistas y racistas, este creador ha logrado un público adepto que es el convocado a su propuesta. De hecho, actores de talla se suman a sus proyectos y parecen disfrutar de la actuación en esta secuela que, en términos generales, sigue explotando el culto al sarcasmo llevado a niveles de antipatía insoportables.

De esto se trata Ted 2, que no quita ni agrega nada a la idea inicial del oso de peluche que ama la cultura pop y comparte sesiones narcóticas con el protagonista de la película Flash Gordon.