Ted 2

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

El osito se quedó sin pila

La segunda película del osito fumón y guarro es una comedia gastada y fatigada más dispuesta a replicar los mecanismos ya probados que a expandirlos.

La bajísima calidad de A Million Ways to Die in the West había dejado una pregunta reverberando en aquellos seguidores de Seth MacFarlane: ¿Cuál es el verdadero? ¿El creador de esa versión Los Simpson más mordaz, anárquica y retorcida que es Padre de familia y el de la feliz incorrección de Ted o el onanista dispuesto a construir una película únicamente para su lucimiento personal? Ted 2 ubica al realizador en un punto medio entre la genialidad de las aventuras de la familia Griffin y el tedio, desgano y arbitrio de su film anterior.

Como la reciente Más notas perfectas, Ted 2 es un film más dispuesto a replicar los mecanismos ya probados que a expandirlos, relegando así uno de los factores fundamentales de cualquier comedia como es la inventiva. Y al igual que en el regreso del grupo de a capella encabezado por Anna Kendrick, la falta de sorpresa y cierta fatiga narrativa y humorística terminan configurando una propuesta que, aun sin ser mala, se ubica varios escalones por debajo que su predecesora.

La excusa narrativa para el regreso del oso (mucho menos) fumón y guarro es una disputa sobre su condición de persona o propiedad, lo que lo obliga a iniciar un proceso legal junto a su amigo John (un Mark Wahlberg con mucho menos protagonismo que en la primera) y la flamante abogada Samantha (Amanda Seyfried), mientras que una empresa del rubro juguetero empieza a mirar de reojo la posibilidad de secuestrar a Ted para intentar copiar su mecanismo.

El film de 2012 amalgamaba distintas vertientes de la comedia, principalmente buddy movie y coming of age, dando como resultado un menjurje ultra pop que alcanzaba su punto máximo en la fascinación por Flash Gordon. Aquí, en cambio, MacFarlane baja varias velocidades y apuesta por un humor menos punzante e incluso más conservador, poniendo a sus personajes a luchar por cuadrarse en lo socialmente aceptado. El osito, al menos aquí, está con poca pila.