Taranto

Crítica de Rodrigo Rago - CineFreaks

Crónica de un enemigo.

Taranto es una ciudad italiana que se encuentra ubicada en la región de Apulia. Lo que identifica (o destaca, mejor dicho) a esta ciudad es que, trabajar y enfermarse van de la mano. ¿Cómo es esto posible? Fácil: en Taranto se encuentra la mayor siderúrgica de Europa, “ILVA” y es justamente esta empresa, la cual alberga a 11.000 trabajadores, la causante principal que tanto hombres como mujeres y niños, padezcan terribles enfermedades o malformaciones.

Esta película dirigida por Víctor Cruz, propone realizar una crónica documental sobre el drama ecológico que gira alrededor de esta fábrica de acero, y es el registro en primera persona el recurso principal para ir desenvolviendo varias dicotomías que tranquilamente no tendrían que serlo.

Este documental parte desde la entrevista y el material de archivo para ir construyendo justamente una crónica periodística que, en el constante intento de involucrarse en el asunto, irá sembrando a su paso más preguntas que respuestas. Ya que este dilema no es algo excluyente de esa zona determinada, sino que envuelve (sin exagerar) a todo el planeta en donde la mega producción es moneda corriente dentro del sistema en el que vivimos.

Es por eso que podemos decir que Taranto es un film que navega en el sin sentido de la situación en que están metidos los habitantes de la zona ya que, si no trabajan no viven, pero, de todas maneras, si trabajan están sujetos a contraer enfermedades letales.