Tangerine

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Ingenio y sensibilidad

Sexo, mentiras y... un teléfono. El director neoyorquino Sean Baker contó que estaba fascinado con una zona de Los Angeles donde confluyen las palmeras, el sexo y el asfalto. Así como Paul Auster se fascinó con algunos barrios de Nueva York, Baker encontró encanto en la desangelada zona de Santa Monica Boulevard y Highland Avenue. Allí buscó, encontró y rodó una historia simple que transcurre en la víspera de Navidad y lo hizo de forma original, con dos protagonistas que contrató allí mismo, y un elenco impecable.

Se trata de la historia de Alexandra (Mya Taylor) y Seen-Dee Rella (Kitana Kiki Rodriguez), dos chicas transgénero que se ganan la vida allí. El conflicto lo desencadena la verborrágica Seen-Dee. Cuando sale de la cárcel se entera que su novio la engañó con una mujer. Sin pensarlo dos veces, sale en su búsqueda junto a Alexandra. En el camino interviene otro conocido de las chicas, un taxista de origen armenio, con una familia muy tradicional que aporta una cuota extra de atractivo a la trama.

   Todo lo dicho que parece poco desde lo argumental, Baker lo transformó en un relato entrañable sobre la amistad, los desengaños, el desamor, la supervivencia y la esperanza, sin recargar el drama que subyace en la historia ni tampoco apelando a la sensiblería. Todo eso lo logró y grabó con un iPhone y una admirable economía recursos.