Tangerine

Crítica de Christian Julián - Cinergia

Allá por enero de este año, Sean Baker sorprendía a todos los espectadores del Sundance Festival con una película filmada íntegramente con un IPhone 5s, lo cual ya era motivo de alerta para quienes amamos el cine mumblecore (bajo presupuesto). Hace unas semanas, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata también se dio el lujo de proyectarla, esta vez con localidades agotadas. Algo se debe traer esta película, no solamente el hecho de ser innovadora por la precariedad de su rodaje. Lo cierto es que Tangerine representa una bolsa llena de conceptos polémicos, la cual la convierte en uno de los films más interesantes de lo que va del 2015.

Tangerine relata la historia de dos prostitutas transexuales californianas, Sin-Dee y Alexandra; la primera de ellas, con una condena recientemente cumplida, disfruta de su libertad, pero al encontrarse con su amiga, Alexandra, se entera que su novio y proxeneta, Chester, la engañó con otra de sus chicas mientras ella pasaba los meses tras las rejas. A partir de ese momento, el resto del relato girará en torno a la búsqueda, por parte de Sin-Dee, de la prostituta con la cual su novio pasaba el rato en su ausencia. Paralelamente, nos presentan también la historia de Raznik, un taxista armenio que frecuenta este hábito de las calles y admirador de Sin-Dee.

Lo primero que hay que destacar de este film es, sin dudas, el guion. Tal vez la técnica no se la mejor implementada, y hayan baches que sea dignos de una crítica, pero el empeño que Baker puso en este proyecto es más que suficiente para contrarrestarla. Uno de los primeros pilares fuertes que presenta esta historia es la crítica social que realiza a la sociedad, californiana en este caso, apuntada hacia la discriminación que los transexuales sufren en las calles. Las dos actrices principales, Kitana Rodriguez y Mya Taylor, son trans además de artistas, es decir no se trató de una interpretación por parte de un actor al estilo Eddie Redmayne, sin desmerecer al aclamado actor inglés, claramente. La puesta en escena de dos trans en el papel de dos trans le da una cuota de credibilidad y naturaleza al relato, la química que ambas tienen durante el film es algo sorprendente.
Por otra parte, esta película es también, en cierto sentido, un llamado al animarse a hacer cine a los jóvenes indecisos, el IPhone 5s no es ni el mejor ni el peor modelo de Apple, sin embargo se logró un material más que aceptable cuando uno se propone llevar a cabo una idea.

Habría que ser demasiado meticuloso para tener que hondear en este aspecto cuando el resto de la presentación resulta impecable, mismo sucede con la historia, es una trama divertida, 88 minutos de un ida y vuelta constante por las calles de California junto a estas dos actrices que, sin dudas, se llevan todos los vistos buenos desde la puesta en escena.