Tampoco tan grandes

Crítica de Fernando Alvarez - Clarín

Esta “road movie” desnuda intimidades y anhelos de cuatro personajes que, por cuestiones del destino, se unen en una travesía de reconciliación. A Lola (Paula Reca), una creativa publicitaria con ideas cuestionadas por su jefe e inclinaciones cleptómanas, le informan que su padre acaba de morir en Mar del Plata. Ella lo creía fallecido desde hace tiempo y también se entera de que no tiene 29 años sino que pasó la barrera de los 30. Demasiado caos para cualquier mortal en un mismo día.

En su viaje a la ciudad balnearia, Lola está próxima a casarse, pero es acompañada por Teo (Andrés Ciavaglia), su ex pareja, y Rita (María Canale), la hermana del anterior. Allí conocen a Natalio (Miguel Angel Solá en un rol disparatado), excéntrica pareja del difunto. Todos abordan una combi escolar destartalada rumbo a las tierras que él dejó como herencia en Bariloche para esparcir sus cenizas.

Tampoco tan grandes, acumula kilómetros y conflictos a medida que avanza y demuestra que los problemas siempre se llevan sobre las espaldas, pero aún hay tiempo para torcer el destino. La historia propone problemas de relación (Lola tiene agendado a Teo en su teléfono como “Peligro”) mientras Rita atraviesa un proceso de rehabilitación y el extravagante Natalio (que lleva las cenizas de su amado a cuestas) descomprime la tensión con los recuerdos de sus andanzas sexuales.

En una parada del viaje se alza un parque de diversiones (en el que los cuatro son los únicos visitantes), como metáfora de un respiro idílico ante tanta urgencia y dolor pero allí estalla el conflicto.

El filme dirigido por Federico Sosa logra un peculiar equilibrio entre la comedia y las pinceladas dramáticas, construye un universo propio y resulta diferente al de otras propuestas del género. Su manera de narrar una historia sencilla (pero no simple) es su mayor mérito.

Paula Reca, actriz y también productora del filme, imprime un tono de frescura y Andrés Ciavaglia (visto en Las hijas del fuego) es un editor con una imaginación frondosa que detonará en la escena final. Entre ambos hay química.