Tampoco tan grandes

Crítica de Ayelén Turzi - Ayi Turzi

Lola es una publicista con un carácter bastante dificil de llevar. Creía que su padre estaba muerto pero todo cambia cuando recibe un llamado de la ciudad de Mar del Plata: su padre seguía vivo y acaba de fallecer, con lo que deberá hacer una breve pausa en su vida (planificación de matrimonio incluida) y viajar para resolver la sucesión. Acompañada de su ex novio Teo, y Rita, la hermana de él en rehabilitación por adicciones, llegan a la feliz para sumar un nuevo problema en vez de resolver el anterior: ahora deberán partir junto a Natalio, pareja de su padre, a Bariloche, para esparcir allí las cenizas.

El titulo de la película alude de modo directo a la crisis de los 30, que de alguna manera se mete por los poros de la situación que los jóvenes deben resolver: si, son chicos para algunas cosas, pero tampoco tan grandes para otras. Y es aquí, sobre todo en las idas y venidas amorosas entre Teo y Lola que Natalio, interpretado con maestría por Miguel Angel Solá, establece un balance entrañable: si él, que acaba de perder al amor de su vida, todavía reconoce que le quedan cosas por hacer, ¿Por qué no ellos? ¿Por qué se sienten de a ratos frustrados, acabados, vencidos si todavia les queda tanto por recorrer?

Ademas del mensaje esperanzador, logras salir de la sala con una sonrisa por el tipo de humor que maneja la película: son escasos los momentos en que estallás en carcajadas fuertes, pero tampoco son necesarios. Las principales construcciones humorísticas se dan a través de los diálogos, que son además expresados con una naturalidad que los refuerza. Nada se siente forzado o arbitrario: todo se desenvuelve natural, orgánico, cotidiano. Y si bien es poco probable que un día nos enfrentemos a una situación similar a la que atraviesan los personajes, logramos una identificación plena.

Los diferentes elementos (una trama clara y bien estructurada en cuanto a causas y consecuencias, personajes multidimensionales que todo lo que hacen es por algo, diálogos ingeniosos y actuaciones sueltas y naturales) hacen que Tampoco tan grandes se convierta en una propuesta tan emotiva como graciosa. Brindamos por ello.