Tadeo, el explorador perdido

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

No todo lo que brilla es oro

Tadeo es un albañil soñador que desafía las reglas del mundo de los adultos. Por su comportamiento, el albañil es despedido por su jefe, pero, inquieto como en su niñez, Tadeo decide no bajar los brazos y concretar su sueño más deseado: ser explorador. De esta manera emprende una apasionante aventura. Por una confusión, Tadeo es tomado como un famoso arqueólogo y enviado a una expedición a Cuzco, Perú. Allí se encontrará con Sara Lavrof, hija del prestigioso Profesor Humbert, con quienes deberá salvar la mítica Ciudad Perdida de los Incas de un malvado grupo de cazatesoros. Acompañado de su simpático perro Jeff, un loro mudo y un buscavidas peruano, Tadeo se esfuerza para lograr alcanzar el objetivo. Pero no todo lo que brilla es oro, pues el grupo se encontrará con sorpresas que cambiarán el rumbo de la expedición. Con guiños a Indiana Jones, música de One Direction y un dinamismo propio de las películas infantiles de la modernidad. Una película que muestra que una mala noticia, como un despido, puede significar el pasaporte al verdadero propósito de la vida. Una aventura que transporta al público hacia los lugares más recónditos de Latinoamérica. Una historia que revaloriza los tesoros de la historia de la humanidad y prioriza a las personas que se quieren, por encima de valores tan insignificantes -pero tan de moda en estos días que corren- como la riqueza y la fama.