Tadeo, el explorador perdido

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Siempre se da la “discusión” cuando se estrena un film animado/infantil extranjero sobre la exhibición de copias doblas al castellano o en su idioma original subtitulado, para que los adultos también podamos disfrutar de las voces originales y además un plus, hay términos muy difíciles de traducir y que en el doblaje se pierde. Debo confesar que comúnmente me inclino por la primera opción, las copias dobladas sobre todo para los niños (a los que va dirigida la película) ayudan a preservar nuestro idioma si se quiere.
El caso de “Tadeo, el explorador perdido” es bien particular; no estamos ante un film de habla extranjera (o no tanto), es un film español, pero aquí se decidió estrenar una copia doblada al castellano latino, lo cual no sería tan importante… sino fuese que en el medio se perdieron varias cosas. Este excelente film dirigido por Enrique Gato está basado en una serie de cortos de animación (búsquenlos por Internet porque son aún mejores) que luego pasaron al comic, y el año pasado aterrizó al largometraje con gran éxito en su país arrasando también con los Premios Goya. El personaje principal aquí lo conoceremos como Tadeo Stones, un obrero de la construcción, muy atolondrado, huérfano, que desde niño soñó con ser arqueólogo. Por esos avatares del destino o las coincidencias cinematográficas, dará con una de las partes de la tabla que sirve como mapa para encontrar la Ciudad Perdida de Paititi en Perú la cual debe entregar a su amigo restaurador de un museo.
Pero cuando este último no pueda viajar, Tadeo lo reemplazará de emergencia, y una vez en las tierras de Alan García comienza su aventura, el profesor poseedor de la otra mitad de la tabla fue secuestrado por los villanos, unos piratas tecnificados cuyo líder hace acordar mucho a Dolph Lundgren, y Tadeo, junto a Sara, la hija del profesor, deberá rescatarlo y encontrar la Ciudad Perdida. En la aventura se sumarán el perro de Tadeo, el loro Belsani, un vendedor de baratijas peruano, y Max el héroe de Tadeo y prometido de Sara. El argumento no es complicado y está puramente pensado para el público infantil con chistes y guiños a cada paso; pero también ofrece aventuras constantes, casi sin dar respiro. La animación (sobre todo en los fondos con muy buen uso del 3D) es cuidadísima y muy lograda siendo de gran atractivo. Gato se aseguró que al paso de su personaje a la pantalla grande no le falte nada, es divertida, bien narrada, graciosa, no subestima ni a niños ni a adultos, y deja un hermoso mensaje; realmente estamos ante un producto de animación excelente.
El problema es que el personaje de Enrique Gato se llama Tadeo Jones… La película originalmente “Las aventuras de Tadeo Jones”, y el guión original estaba lleno de guiños (como se podrán imaginar) a Indiana Jones en una simpatiquísima burla a la condición de obrero del personaje. Bueno, casi todo eso se perdió, en el doblaje varios términos y chistes desaparecen (lo extraño es que ocasionalmente se utilizan palabras propias de los españoles), y hasta alguna que otra escena. Lo mismo sucede con la banda sonora, reemplazada por canciones de grupos estadounidenses de moda como One Direction. Como sea, lo que veremos en Argentina, “Tadeo, el explorador perdido”, será una copia la quizás no tan completa aunque cosmopolita, pero mantiene aún el espíritu de la original y eso es lo que importa. Ante tanto film cargado de violencia, este Tadeo ofrece aventuras sin cesar pero siempre con un guiño a la inocencia.