Surveillance

Crítica de Javier Firpo - La Razón

Carretera salvaje

Mañana llega el premiado policial de Jennifer Lynch, la hija del gran David. El film mantiene en vilo y cuenta con un final logrado. Es protagonizado por Julia Ormond y Bill Pullman, quien había protagonizado "Carretera perdida" en 1997.

Desde el primer fotograma, se intuye la presencia de una, por lo menos, inteligente historia.

Un policial de esos inquietantes, que gustan, que rápidamente invitan a la pregunta "¿cómo terminará?", que promueven -en forma prematura- a elucubrar la serie de interrogantes que propone "Surveillance" (traducción: "Vigilancia"), que se estrena mañana y es dirigida por Jennifer Lynch, la hija de David, afamado realizador conocido por "Terciopelo azul", "El hombre elefante", "Carretera perdida", "Mullholand Drive", por mencionar un puñado a la pasada.

Jennifer Lynch, que tiene 39 años y es madre soltera, vuelve a la actividad detrás de cámara luego de la recordada -y vapuleada- "Boxing Helena", ese obsesivo y sensual dramón con Julian Sandsy Sheryl Fenn que data de 1993.

Desde entonces, el vacío gobernó en la sufrida vida de Jennifer: alcohol, drogas, vida licenciosa, un accidente grave y una delicada operación que la fueron alejando de la actividad cinematográfica, que abandonó y recién retomó el año pasado.

Con apenas dos películas, se nota que la señora Lynch tiene pasta, que heredó los genes correctos y que entiende cómo es "esto de concebir una historia".

El gran logro de "Surveillance" recae en su estructura: Lynch construye y deconstruye, avanza y retrocede en el espacio, estirando y acortando la línea temporal a su antojo, consiguiendo mantener así el suspenso hasta llegar a su punto culminante en el desenlace.

La película cuenta la investigación que dos agentes del FBI, interpretados por Bill Pulman y Julia Ormond (viejos conocidos de papá David), realizan sobre el asesinato de un hombre y la desaparición de su pareja, en un pueblo perdido, de esos que abundan en la geografía norteamericana. Como en las películas de su progenitor, Lynch hija aporta oscuridad, sordidez e imprevisibilidad, con una fuerte dosis de grotesco y alienación.

Las actuaciones de Ormond y Pullman son logradas y sus presencias omnipresentes enaltecen la calidad de un film que, gracias a ellos, va ganando en tensión. Si bien tuvo actividad en los últimos tiempos ("Che, el argentino" y "El extraño caso de Benjamin Button"), hace mucho que no se la veía a la bella británica Julia (45) protagonizando. Y sí, se la extrañaba.

Premiada en el Festival de Sitges, "Surveillance" fue asociada, por las diferentes versiones en torno a un mismo drama, con "Rashomon" (1950), de Akira Kurosawa. "Con ese galardón recuperé la confianza como persona y como cineasta. Me siento con fuerzas para superar las adicciones", sorprendió Lynch.

Finalmente, otro aspecto que distingue a la película es que, en una historia donde los personajes se matan los unos a los otros, la directora puso el ojo en sacarle el jugo a las razones de sus actos, más que mostrar los actos en sí. Y subraya un aspecto que abruma: cómo una sola mala decisión puede poner en riesgo toda nuestra vida.

Como padre preocupado, David previno a Jennifer sobre la manera en que encararía el final. "Me llamó una madrugada para decirme que no podía hacerlo de esa manera. Pero claro que podía. Era la mejor manera de terminarla. Al final, todo gira en torno a la pregunta: ¿Decir la verdad puede salvar la vida?", piensa la resucitada Jennifer.