Super Once: El juego final

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Fútbol y fantasía

Después del estreno de Dragon Ball: La batalla de los dioses llega ahora la primera película basada en la serie de animación Inazuma Eleven, que se convirtió en un verdadero furor en Japón. El film, que se estrenó en el 2010 en ese país, lideró la taquilla durante seis semanas y está apuntado al público de corta edad.

Super Once: El juego final tiene al fútbol como centro de la acción y la trama incluye además elementos fantásticos surgidos de un video juego creado para la consola portátil Nintendo DS. El éxito de los videos llegó a una colección de cómics y a una serie de animación.

Los miembros del equipo de fútbol del Instituto Raimon, capitaneados por Mark Evans, sueñan con ganar el Torneo de Fútbol Frontera, pero antes deberán salir airosos de varios encuentros con los mejores equipos del país, entre ellos, la Royal Academy, que ya ha ganado el torneo en varias ocasiones. Los jugadores basan su entrenamiento en el cuaderno de supertécnicas del abuelo de Mark, portero del legendario equipo Inazuma Eleven.

La película recurre a colores estridentes, pantalla dividida, canciones y a efectos que se ven en pleno campo de juego, desde una invasión de vigas de acero hasta tornados de fuego. Todo utilizado para captar la atención de un público de seis o siete años y con una trama sencilla. La animacíon tradicional está a años luz de las grandes propuestas norteamericanas del género, pero mantiene una estética que también la hace única.