Sucker Punch: Mundo Surreal

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Yo admiro a Zack Snyder. Es un gran narrador en todo sentido y, en lo visual, es sencillamente revolucionario. La gente lo critica por sus tomas en cámara lenta o sus colores desaturados, pero a mi juicio esos son dos elementos característicos de su estilo. Con Snyder uno puede seguir la acción, y prefiero mil veces una hora de Snyder en su peor momento de inspiración antes que 10 minutos de Michael Bay en un día típico.

Pero Sucker Punch viene a demostrar las limitaciones de Zack Snyder como creador de historias originales. Hasta ahora, el 99% de la carrera de Snyder se ha basado en adaptaciones de comics y remakes, y el resultado ha bordeado lo excelente. Pero el tipo no es tan bueno a la hora de crear una trama propia y poder redondearla. Aquí Snyder se ha despachado con una premisa ambiciosa - que él define como "Alicia en el Pais de las Maravillas con ametralladoras" -, y durante el 90% del filme mantiene bastante encarrilada la historia a pesar de ciertas desprolijidades argumentales. Pero al momento del climax, Sucker Punch termina saliendo con un domingo siete que arroja por la borda (y mal) los méritos del filme, y uno se queda con una enorme sensación de insatisfacción que no compensa la orgía visual que vivió en los 90 minutos previos.

Imaginen un mix de Atrapado Sin Salida + una versión animé de The Wall. Todo aquí perfila para la típica historia del adolescente torturado que descubre que tiene un poder oculto y decide usarlo para reivindicar su lugar en el mundo. La heroína es acusada de un crimen que no cometió (¿o si?) y es despachada a un manicomio en donde le van a hacer una lobotomía sin anestesia en cuestión de cinco días. Todo por el vil dinero de una herencia. La chica hace la gran Leonardo Di Caprio y se manda con un Inception sin computadora ni drogas, creando un primer nivel de fantasía que consiste en que ella es una bailarina exótica en un burdel parisino y todos los de la clinica - médicos, guardias, empleados - hacen de madamas, mafiosos, clientes, etc. Cada vez que ella baila pasa a un segundo nivel, en donde imagina un mundo fantastico diferente en cada ocasión y en donde obtiene cada uno de los elementos que figuran en una lista y que son necesarios para que ella pueda escapar. Lo que ella vive allí se traduce de alguna forma en el primer nivel (burdel) y en la vida real, trayendo consecuencias obvias para su vida y para la historia.
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Una cosa que me ha sorprendido muchísimo de las reviews que he visto en Rotten Tomatoes es que el 99% de la gente ha caído en el lugar común de apedrear a Snyder por el desborde visual, calificándola de pornografía CGI, cuando en realidad los mayores problemas de Sucker Punch pasan por cosas más tradicionales como libreto y coherencia del final con las expectativas planteadas por el relato. La imaginería visual de Snyder es gloriosamente delirante - imaginen bombarderos B 47 perseguidos por dragones, muchachas peleando con demonios samurai del tamaño de Dai Majin, o robots disparándole a biplanos, nazis y dirigibles en medio de un escenario infernal -, y por lejos es lo mejor del filme. La acción se puede seguir y se disfruta. Incluso la otra crítica - que la película es complicada por sus multiples niveles de fantasía y realidad - es realmente estúpida. Por Dios, es como si hubieran contratado a una caterva de ignorantes y les hubieran dado el título de críticos. Flaco: si no podés entender esto, ¿cómo hacés la review de una película de Lynch o Bergman?.

Oh si, lo visual es fantástico, pero... el filme tiene varios problemas serios en el medio. El primero es Emily Browning (la chica de Lemony Snicket!), que tiene un rostro fabulosamente expresivo y triste pero carece del físico mínimo que requiere el papel. Es como poner a una nena de 12 años (pintada como una puerta!) junto a un puñado de top models (la primera elección, Amanda Seyfried de Mamma Mia!, hubiera resultado mejor en cuanto a physique du rol). El resto de las perfomances está más o menos, a excepción de Oscar Isaac que es bastante patético como villano de la historia (hacer de malo simplemente no es lo suyo). El otro problema serio es que el filme precisaba media hora más para meter historias de origen de los personajes. A excepción de la protagonista, el resto es un grupo de caracteres de cartón pintado de lo cual no sabemos nada. Y allí está el tercer punto, que es el que termina por hundir el filme. Cuando vean el climax y descubran que todo lo visto deriva en otra cosa completamente distinta, se sentirán furiosamente indignados. Lo más parecido que se me ocurre es el final de Watchmen, en donde el villano se salía con la suya y la mitad de los héroes morían... pero allí esa sucesión de hechos inesperados tenía cierta justificación. Aquí no, y eso es lo que le baja notablemente la nota al filme en esta humilde columna.

Sucker Punch podría haber estado mucho mejor. Estira algunas cosas, se empantana en otras, pero todo eso no sería tan malo si al menos hubieran tenido la decencia de darle tridimensionalidad a los personajes y de escribir un final como la gente. A mi juicio es un gran esfuerzo a mitad de camino, lo cual constituye un fracaso en vista de los recursos utilizados para rodarla.